Corazón de Atleta
APRENDE A DISFRUTAR DE CORRER POR CORRER
Analiza tu interior para disfrutar más de la experiencia de correr.
HOY NO HABLAREMOS de velocidades ni de tiempos... de entrenamientos ni de competiciones... de series largas ni de tiradas... de series rápidas ni de cambios de ritmo... Analiza en tu interior lo que realmente te transmite dar una zancada tras otra, lo que va más allá de lo puramente contable, lo que hace despertar tus sentimientos y sensaciones. Sensaciones en muchas ocasiones opuestas entre sí, que cambian a cada instante, y llevadas al extremo, para bien y para mal.
¿Recuerdas la primera vez que corriste? Dos inhalaciones seguidas por la nariz y dos exhalaciones por la boca, a ritmo forzado pero perfectamente acompasado, casi militar… La primera vez que nos calzamos unas zapatillas y salimos a correr no sabemos ni cómo respirar, ni cómo mover los brazos, miramos el reloj continuamente para ver el tiempo transcurrido… es una sensación extraña, por no decir incómoda. Un abismo si lo comparamos con los entrenamientos placenteros de unos meses después. Cuando ya estás un poco en forma y sales a correr sin reloj, el silencio se adueña de tu entorno, cuerpo y mente se fusionan, no existe nada más y te olvidas hasta de tu respiración.
Todos los embriones son feítos… Y si estás leyendo esto cuando aún no te has animado a cruzar el umbral de la puerta por primera vez, no te engañaré, los comienzos son duros pero, ¿qué es fácil y bonito a la primera?
Pasión, superación, ganas, sufrimiento, motivación... son palabras que habitualmente escuchamos a los corredores cuando describen sus sentimientos, pero hoy quiero que vayas un poco más allá.
Concédete el placer de salir a correr libre, sin GPS ni pulsómetro, sin pensar en la distancia o en el recorrido… grita, esprinta, canta o juega haciendo zigzag entre los árboles; como si nadie te estuviera mirando.
No siempre salgas a correr pensando en un objetivo, en una marca, en una carrera, en una meta… ya sea tu próximo maratón o conseguir llegar a hacer 5 kilómetros sin pararte… sal simplemente porque te apetece.
Mi consejo es que siempre intentes ir un poco más allá... quédate con las ganas de que llegue ese momento para salir a correr sin prisas, con las sensaciones de cada zancada, con la alegría del entrenamiento realizado.
Aleja de tu yo runner la tristeza de espíritu y hazle hueco a los kilómetros en tu corazón.
Disfrútalo, es un regalo.