Óscar Husillos
400 metros de puro espectáculo. Plusmarquista nacional bajo techo y segundo en la lista de todos los tiempos al aire libre. ¿Quieres saber con qué zapatillas corre? Mírale en los tacos de salida, luego no tendrás tiempo.
UN CATEDRÁTICO DE LA VUELTA a la pista que, acorde a sus orígenes -recuerden, ‘El expreso de Astudillo’ (Palencia, tierra de fondistas)- corrió cross siendo niño. Precisamente para esa especialidad, la más ancestral del atletismo, iban destinadas sus primeras zapatillas: “Me las compraron mis padres, como a cualquier chaval. Las empecé usando para el campo a través, luego en algún 800 y 1.500... y las acabé utilizando para hacer 100, 200 y 400 metros. Al año siguiente ya me compré unas zapatillas de velocidad, para poder especializarme en las que acabaron siendo mis pruebas”.
Respecto a las tecnologías estrella de la firma que le patrocina, comenta que le “gusta el Boost, lo he probado bastante y me encuentro muy cómodo. Hasta ahora corría con la Glide. Solar Boost las he probado menos, pero me estoy adaptando bien. Me gustan, noto que me amortiguan bien el pie. Prefiero zapatillas así, amplias y fuertes por el talón, ya que hago bastantes multisaltos y necesito mucha protección”.
En su radio de acción puro y duro, pruebas en las que no llega a escucharse el tañir de la campana (salvo en el 400 indoor) carece de esas bondades que re- serva a los calentamientos y las sesiones de condición física, pero “los clavos de adidas son perfectos, ligeros y fuertes, sin duda los mejores que he probado”.
La bolsa con la que acude a entrenar es amplia, pues Óscar acostumbra a “usar diferentes modelos, dependiendo de si las series son cortas o largas. Utilizo unas para hacer pesas, otras para calentar en los entrenamientos... y ahora estoy empezando a usar otras para calentar antes de la competición, unas rápidas, pues me dan buenas sensaciones y me gusta verme con ellas antes de ponerme los clavos”.
Siguiendo la costumbre de la gran mayoría de atletas profesionales, compartimenta perfectamente las destinadas a lucir con dorsal y sin él: “Entreno con diferentes zapatillas a las que compito, a no ser que tenga un entrenamiento de calidad que me tome con muchísima seriedad, exactamente como si fuera una competición. En ese caso sí puedo ponerme las zapatillas de competir”.
Tiene claro que cada una de ellas supone una herramienta de trabajo. “Se me identifica con una marca y están tan presentes en mi día a día, que son parte de un estilo de vida”.