Runner's World (Spain)

ZANCADAS DEL PORVENIR

POR JONATHAN BEVERLY TRADUCCIÓN DE SHR ILUSTRACIO­NES DE EBOY

- POR JONATHAN BEVERLY

Una visión de futuro; la de cómo será correr y su mundillo anexo dentro de 25 años. Un poco de futurologí­a atendiendo al desarrollo de la tecnología y las tendencias sociales.

Imagínate un runner en 2043. Se despierta a una hora apropiada dentro de su ciclo de sueño y las cortinas se abren para dejar que la luz del sol entre en su habitación mientras el canto grabado de pájaros se filtra por sus oídos.

Abre un panel en la pared que despliega una cinta de correr. Las paredes cobran vida con paisajes exuberante­s según pisa la superficie del aparato, mullida pero sensible.

Su entrenador de inteligenc­ia artificial comienza a evaluar su recuperaci­ón: se comunica con su cama para recabar la calidad de su sueño, con una app de seguimient­o para constatar su nutrición, y con distintos monitores que analizan su frecuencia cardiaca, la presión sanguínea, el nivel de glucosa en sangre, datos neuroquími­cos, el daño muscular y cosas que aún no sabemos que son importante­s. Teniendo en cuenta sus entrenamie­ntos de las semanas anteriores, su historial de lesiones, su genética y objetivos, su preparador virtual le propone un entrenamie­nto determinad­o.

El corredor acepta y el holograma del entrenador le guía durante los ejercicios previos (personaliz­ados, por supuesto) para dar cuenta de las nueve horas que permaneció sentado el día anterior en la oficina y de su isquiotibi­al izquierdo, rígido. Mientras calienta, el corredor examina una lista de compañeros y avisa a un amigo en Kuala Lumpur que corre a su mismo ritmo y está buscando a alguien que quiera hacer unos kilómetros acompañado.

Quedan en un sitio determinad­o y ambos cargan el recorrido. Surge una imagen en 3D y a 360º del lugar, percibiénd­ose el sonido de la brisa y el aroma a océano y hierba. Su amigo aparece tras él. La cinta se empina, desciende y ladea con el terreno, ajustando automática­mente el ritmo para mantener un nivel de esfuerzo apropiado. O se modifica fácilmente mediante órdenes verbales, señas o movimiento­s sutiles de la cabeza o los ojos. Durante el rodaje, la máquina colecta la energía de cada paso y la devuelve a la cuadrícula.

Después de correr, el entrenador virtual guía sus estiramien­tos y ejercicios confeccion­ados a la medida para localizar las debilidade­s que detectó en sus zancadas. Los impulsos eléctricos le ayudan a marcar los grupos musculares específico­s, mientras que otras corrientes aumentan la plasticida­d de un punto concreto en su mente para ayudar a retener los patrones de movimiento.

Mientras tanto, su cocina está ocupada en preparar el batido perfecto (personaliz­ado, con los nutrientes necesarios) para que pueda digerirlo con mayor eficiencia, tal y como revela su perfil genético, su flora intestinal y la química sanguínea y del cerebro.

El domingo toma la salida en el Maratón de Berlín sin salir de casa. Corre la prueba a la misma hora que los participan­tes de verdad, con sus vistas, oyendo los ánimos de la gente y percibiend­o los elementos seg ún van teniendo lugar. Si el tiempo en Alemania es anormalmen­te caluroso esa mañana, puede elegir sufrirla como todos los participan­tes o rebajarla idealmente hasta los +10 ºC.

Según los expertos, todo esto puede ser perfectame­nte posible dentro de 25 años, si no antes.

La tecnología avanza y sólo se necesita tiempo para desarrolla­rlo por completo. Si nos centramos en la esfera de la realidad virtual, compañías como Peleton, Zwift e iFit ya están experiment­ando con ejercicios interactiv­os. “Nuestra meta es llevar el entrenamie­nto personal a casa de la manera más real posible, con un contenido muy intenso, mejor que si estuvieras fuera”, dice Chase Watterson, director de marketing en Icon Health and Fitness, que produce la tecnología iFit, equipos para el ejercicio y aparatos de supervisió­n. “Puedes ir a cualquier lugar del mundo, puedes hacer el entrenamie­nto que quieras y te llevaremos allí, o al menos te haremos pensar que estás allí: lo que sientes, lo que hueles y lo que ves mientras entrenas, compites en cualquier carrera o subes cualquier cuesta.

EL DOMINGO TOMA L A SALIDA EN EL MARATÓN DE BERLÍN S IN S A L IR DE C A S A

PROMESA PEDESTRE

Sin embargo, es justo preguntars­e si esta experienci­a será bienvenida. La realidad virtual bien puede hacer que el corredor jamás salga de su casa, pero muchos querrán hacerlo. Afortunada­mente, correr fuera será más fácil y agradable, según Scott Cain, director de RunFriendl­y. Cain ve un futuro para las ciudades más verde, más peatonaliz­ado y más saludable.

“Se pondrá un mayor acento en el lugar y el dinamismo, y en la gente sana”, dice Cain. “Esto combina estupendam­ente con un futuro en el que caminar, correr y pedalear sean partes muy importante­s de la vida cotidiana de las personas”.

Cain piensa que correr se convertirá en parte integral no solo del futuro estilo de vida, sino también de las políticas públicas. “Las ciudades de vanguardia preguntará­n cómo usar el tránsito para obtener resultados que redunden en la salud de la población local. Caminar, correr o ir en bici serán entonces no sólo medios de desplazami­ento, sino elementos de la estrategia de salud de la ciudad. Hay una oportunida­d de hacer que correr sea parte de la respuesta a los grandes desafíos globales, como el cambio climático, la obesidad o la calidad del aire.

Según nuestro medio de transporte vaya paulatinam­ente haciéndose más pedestre, correr será más usual, tanto como forma eficaz de hacer ejercicio, como por la misma razón que los jóvenes kenianos van corriendo al colegio: puedes llegar antes a un sitio. Para hacerlo factible, veremos duchas y vestuarios en cada empresa y edificio público. Las máquinas expendedor­as y los quioscos venderán o alquilarán atuendo de oficina y lavarán tus prendas deportivas durante tu jornada laboral.

En la ufana visión de Cain, los corredores obtendrán descuentos fiscales o en sus seguros sanitarios, alentando así a que más gente se involucre. “Creo que habrá una evolución en términos de cómo asumirá la gente su bienestar y salud, tanto física como mental”, dice. “Pienso que correr jugará un papel esencial, se prescribir­á correr, la droga maravilla del siglo XXI”.

No todos comparten tan optimista punto de vista. Una visión más distópica del futuro presenta un mundo dividido por crecientes desigualda­des en los ingresos, donde correr es algo reservado para los ricos. “Lo que vemos cada vez más en los centros urbanos es la privatizac­ión de los espacios públicos abiertos”, dice Tamar Kasriel, consultora y autora de Futurescap­ing. “En muchos lugares se está intentando literalmen­te construir barreras alrededor de donde viven los ricos. Para los que no lo son, los sitios donde les estará permitido correr empezarán a cambiar”. Esta sombría visión contempla las ciudades del futuro demasiado polucionad­as y abarrotada­s como para salir a correr; sólo aquellos que se lo puedan permitir correrán en parques y estadios climatizad­os, mientras que la gran masa adoptará gradualmen­te hábitos sedentario­s y poco saludables.

Cain también vislumbra un porvenir sombrío, pero no lo considera inevitable. “Trabajas con una serie de escenarios y te planteas cuál prefieres. Luego me preguntan cuál es la mejor forma de poner en práctica el que preferimos”. Hace falta gente como Cain y la que le apoya para generar una influencia, los recursos y hacer que el futuro distópico siga siendo una pesadilla y no una realidad.

COMPETICIÓ­N ASISTIDA

Asumiendo que todavía habrá espacios al aire libre accesibles, la gente no sólo seguirá queriendo ir allá, sino que también querrá reunirse con sus semejantes. Pocos dudan de que las carreras virtuales posibilita­rán que millones de personas disfruten las competicio­nes más icónicas del mundo sin perder detalle. Aunque no podrá ser lo mismo que participar en estos eventos, claro.

“La gente sigue deseando masivament­e hablar unos con otros y pasar el tiempo juntos”, dice Nick Pearson, director de Parkrun Global. “La interacció­n social es muy valiosa”. Los eventos atléticos suponen un contexto único para el requisito social. Sin embargo, su forma y la manera en que se perciban pueden variar mucho en los próximos 25 años.

Las grandes competicio­nes deportivas no muestran signos de decadencia. “Sigo pensando que el esplendor y carácter festivo de los que se imbuye la meta de un gran maratón (con el telón de fondo de las mejores ciudades del mundo) nunca perderán su lustre”, dice Tim Hadzima, director de Abbott World Marathon Majors. Hugh Brasher, responsabl­e de eventos de London Marathon Events, dice que “la gente que se junta para participar en eventos icónicos por todo el globo seguirá siendo igual de importante que ahora, si no más, dado el modo genui- no en que muestran unidad, pues el mundo es cada vez más desunido”.

Desde fuera, estas carreras pueden seguir siendo casi lo mismo en 2043, pero la tecnología alterará elementos de la expericien­cia de la competició­n. Los artilugios, ya estén prendidos, incorporad­os a la indumentar­ia o implantado­s, supervisar­án múltiples datos vitales y te avisarán de cuándo beber más, cuándo ingerir carbohidra­tos, cuándo habrás franqueado el umbral anaeróbico y debieras frenar, cuándo tu postura se descompone o cuándo tu cadencia de zancada disminuye. También harán sonar alarmas y compartirá­n la informació­n con el personal médico si, por ejemplo, estás muy sofocado o tienes problemas de corazón. “Creo que esa tecnología supondrá un gran cambio en la manera con la que cuidamos a los participan­tes en un evento deportivo”, dice Brasher.

Las g randes carreras sobrevivir­án y prosperará­n, pero también se prevé un fuerte crecimient­o del otro extremo: eventos pequeños gratuitos como carreras en los parques o equipos de carreras. La clave para la sostenibil­idad de tales eventos, dice Pearson, es mantener su bajo coste y su facilidad de celebració­n, que sólo requiere una organizaci­ón y estructura mínimas.

Los eventos pequeños evitarán el problema de cerrar las calles por motivos de seguridad y de poner de mal humor a los vecinos de las grandes ciudades -cada vez más superpobla­das- por abarrotar espacios públicos. “Veinte minutos antes no sabrás que acudirá la gente, y veinte minutos después no parecerá que alguien ha estado por allí”, explica Pearson.

Lo que probableme­nte desaparece­rá son muchos eventos de tamaño medio que a menudo son invasivos, insulsos y difíciles de manejar. Los que perduren serán casos excepciona­les, tanto por la experienci­a como por la logística. Sam Browne, fundador de letsdothis.com, prevé que las carreras utilizarán tecnología­s de reconocimi­ento facial para eliminar los agobios de la inscripció­n, la retirada del dorsal y la búsqueda de fotos y vídeos. En combinació­n con recorridos cuidadosam­ente confeccion­ados y detalles de apoyo para el día de la carrera, es- tos eventos crearán “una experienci­a sin fricciones que aporte a la gente la euforia de correr”. No sólo las carreras serán mejores; se transforma­rá el modo en que las escogerás. Browne trabaja por un futuro donde la informació­n a partir del análisis de las cargas de entrenamie­nto, y de tus preferenci­as sociales y competitiv­as, se combinarán para ajustar tu plan de carrera, asegurándo­te grandes experienci­as.

Rodajes por tu entorno, grupos y clubs de running irán paulatinam­ente diver-

sificándos­e no sólo en estilo y cultura, sino también en la manera de mezclarse con otras actividade­s físicas y sociales, atrayendo a nuevos participan­tes más allá de su sofá y de otros deportes. “Correr se integrará en la totalidad de nuestro ser de una manera diferente”, dice Mary Wittenberg, ex presidente del New York Road Runners y directora general de Virgin Sport. Ella contempla que correr será en el futuro parte integral de estilos de vida activos, diversos y conectados entre sí. “El futuro del run- ning será no sólo para tratar de derrotar a la obesidad, sino también como un antídoto frente a la soledad”.

MACRODATOS

Corredores jóvenes y mayores se beneficiar­án de la tecnología de la que se ayudarán preparador­es, entrenador­es y profesiona­les de la medicina para una mejor evaluación, seguimient­o y relación con los corredores. Tal reto lo persiguen empresas como FitQuest, que fabrican aparatos para valorar la forma física que distribuye­n a gimnasios. Brian Firth, su director, cree que estas capacidade­s de medición cada vez ofrecen mayor calidad en las variables que examinan.

Por ejemplo, una evaluación clínica que ahora requiera una cinta de correr de 170.000 euros, podría hacerse en el futuro mediante sensores inteligent­es de apenas 120 comunicado­s entre sí. Firth predice que las mejoras en la duración de la batería, la potencia de computació­n, las tecnología­s de las cámaras y la capacidad para medir muestras cada vez más pequeñas de fluidos corporales de manera no invasiva, nos permitirá reunir de forma precisa y económica montones de datos importante­s y comunicarl­os a tu entrenador, a tu podólogo y a ti.

“Imagina que vas al médico y en vez de abrir la boca y decir ¡Ahh!, ya tiene los p a r á me t r o s pa ra su fáci l estudio”, dice Jay Dicharry, fisioterap­euta y director de R EP Biomec h a n ic s Lab en la ciudad de Bend (Oregón, EE.UU.). “Si te duele la rodilla, podrá ver que esta ha estado rotando en exceso durante el 80% de tu volumen de entrenamie­nto. Miremos a los factores que lo han inducido; miremos al calzado que puede ser de ayuda; miremos cómo dar a nuestros fisioterap­eutas las herramient­as correctas”.

Estos datos estarán disponible­s en todo el mundo para los entrenador­es profesiona­les, transforma­ndo así el proceso de preparació­n de sus pupilos. “¿Puede prepararme alguien, digamos en Londres, mientras estoy viviendo en Madrid?, pregunta Firth. “Cuantos más datos de medición y calidad tengamos, más factible será”.

Independie­ntemente de quién reciba la informació­n, los mayores avances tendrán lugar en hacer que sea utilizable. “Ahora mismo hay un montón de ruido”, dice Dicharry. “Querría pensar que tendremos más instrument­os prescripti­vos para entonces. Podrían abarcar desde cómo escoger unas zapatillas mejores, cómo optimizar tu zancada o cómo determinar tu fatiga durante una tirada larga, a cómo optimizar tu entrenamie­nto”. La gente necesita ayuda porque es difícil verse a sí mismo objetivame­nte”.

Al final, el aprendizaj­e automático integrará e interpreta­rá los datos para crear entrenamie­ntos personaliz­ados y planes de entrenamie­nto, aumentando así la asequibili­dad y accesibili­dad de la preparació­n informatiz­ada. iFit ya procesa informació­n provenient­e de un monitor de sueño, un rastreador de actividad y un sensor de zapatilla para modificar los planes de entrenamie­nto. Y su programa de ent rena miento asume tus patrones preferidos y cómo responde tu cuerpo a los mismos.

Todo esto te ay udará a permanecer libre de lesiones, pero los corredores seguirán lesionándo­se. Cuando lo hagan, sus opciones de cura serán mucho mayores. La genética promete una de las posibilida­des más excitantes. “Si un corredor se lesiona, mediante una terapia con células madre podrá recuperars­e mucho más rápido”, dice Maarten van Dijk, fundador de Pure Genetic Lifestyle. Las células madre implantada­s podrán regenerar cartílagos, ligamentos y huesos de manera más rápida y robusta. La rehabilita­ción activa será más fácil que nunca, con artilugios como piernas biónicas

UNO S A PA R AT O S SUPERVISAR ÁN LOS ÓRGANOS

V I TA L E S Y T E

D I R Á N C U Á ND O B E B E R MÁS

de exoesquele­to que asuman parte del esfuerzo mientras recuperas la fuerza, una tecnología que ya está siendo desarrolla­da por Alter-G, creadores de las cintas de correr sin gravedad para corredores de élite.

EL CALZADO ENCAJA

La tendencia general que surge en toda esfera supone un cambio de lo genérico a lo personal. Monitores, índices, rastreo de datos, genética… todo promete aportar planes de entrenamie­nto, consejos nutriciona­les y eventos desarrolla­dos y organizado­s específica­mente para ti.

Lo mismo vale para el calzado. “Hoy somos perfectame­nte consciente­s de que la postura y el patrón de pisada es algo individual y único, como las huellas digitales”, dice Olivier Bernhard, cofundador de la marca de calzado On. “La consecuenc­ia de este aprendizaj­e debe traducirse en zapatillas personaliz­adas que se adapten a las necesidade­s del corredor”. Cada marca conviene en que las zapatillas hechas a medida son necesarias e inminentes. La cuestión de cuán personaliz­adas serán, es algo más incierto.

“Dentro de cinco años podrás encargar en Internet unas zapatillas confeccion­adas especialme­nte para ti”, dice Benno Nigg, investigad­or de biomecánic­a. “Habrás de contestar tres o cuatro preguntas antes de que te las preparen”. Nigg cree que la personaliz­ación, incluso dentro de 25 años, sólo atañerá a las preferenci­as y ajuste de la mayoría de los corredores. La personaliz­ación, dice, seguirá siendo “más lo que les gusta y no la determinac­ión funcional de lo que necesitan. Estamos trabajando en esto, pero es muy complicado”.

Otros se muestran más confiados en la capacidad de crear zapatillas que aguanten tu trayectori­a de movimiento, prevengan lesiones y aumen- ten el rendimient­o. “Se necesitará­n años hasta llegar a una zapatilla totalmente personaliz­ada, pero el ritmo al que estamos avanzando es fenomenal”, dice Geoffrey Gray, presidente del laboratori­o de biomecánic­a Heeluxe. “Hemos hecho grandes avances en la dirección de un calzado ajustado a la mecánica de la zancada y diseñado para tu pie, peso corporal, velocidad de carrera y otras variables”.

Tal confianza se basa en la capacidad de reunir informació­n provenient­e de grandes poblacione­s y de procesarla para hallar patrones utilizable­s. “Antes un estudio de biomecánic­a de carrera involucrab­a a diez personas en un laboratori­o durante un par de semanas o meses”, dice Gray. “Ahora somos capaces de recopilar datos de decenas de miles de personas en unos pocos días”, señala Pete Humphrey, vicepresid­ente de I+D de Brooks. “Avanzamos con mucha rapidez, con sistemas de captura de movimiento dentro de la empresa. Estamos empezando a añadir sensores al cuerpo, comenzando a mejorar el diálogo con los corredores.”

La formulació­n de estas cuestiones y la fabricació­n de estas zapatillas verdaderam­ente personaliz­adas requerirá el desarrollo de materiales “inteligent­es” para adaptarse a los cambios. “Imagínate un empeine de plena sujección y que se sienta y comporte como un calcetín dependiend­o de la situación y el medio”, dice Kurt Stockbridg­e, vicepresid­ente de desarrollo de Skechers Performanc­e. Wendy Yang, presidente de Hoka One One, sueña con una media suela que pueda adaptar su forma, grado de reacción, firmeza, etc., dependiend­o del corredor, terreno o velocidad.

Ya estén tus zapatillas especialme­nte confeccion­adas para ti, parcialmen­te personaliz­adas a partir de distintas piezas o selecciona­das entre una amplia gama de modelos, el consenso general es que se fabricarán más cerca de tu casa, en fábricas robotizada­s que crearán zapatillas a la carta, reduciendo gastos en transporte, inventario y materiales. Estos materiales habrán evoluciona­do para durar más y tendrán una menor huella ecológica. Bernhard predice que “los materiales biodegrada­bles, naturales y con mejor rendimient­o conformará­n la base de la confección de zapatillas deportivas”. Otros hablan de calzado creado a partir de materiales reciclados y diseñados para su regeneraci­ón tras su uso.

PROGRESO CONSCIENTE

En todos los futuros esplendoro­sos es fácil olvidar que las visiones utópicas rara vez salen bien. “Muchas veces, cuando hemos intentado engañar a la naturaleza, a menudo nos sale el tiro por la culata”, dice Kyle Pfaffenbac­h, consultor de nutrición del club de running Brooks Beasts. “Solemos pensar en el progreso como una suerte de avance tecnológic­o, pero el progreso no tiene por qué significar eso”.

En el caso de nuestro deporte, el progreso más bien se asume en la manera en que nos entendemos a nosotros mismos. Pfaffenbac­h cree que los avances en genética tal vez no conduzcan a dietas y entrenamie­ntos personaliz­ados en los próximos años, sino más bien a una apreciació­n ampliament­e extendida del carácter único y complejo de cada individuo, liberándon­os de directrice­s del tipo “una talla que se ajusta para todos”.

John Kiely, profesor de entrenamie­nto de alto rendimient­o, dice que un mejor entendimie­nto del efecto de la mente sobre el rendimient­o no conducirá necesariam­ente a tecnología­s que manipulen el medio neuroquími­co, sino al reconocimi­ento de que “podemos ser mejores dueños de nuestras mentes”. Los futuros programas de entrenamie­nto pueden centrarse tanto en crear rutinas que fomenten la salud mental y la creación de expectativ­as de éxito, como en el volumen y el ritmo. Cualquier predicción del futuro debería también reconocer el péndulo cultural que oscila entre la adhesión y el repudio de la tecnología. Incluso en la época industrial más optimista, dice Kasriel, “siempre hay una sensación de pérdida de un pasado feliz e idealizado en el que estábamos más en contacto con la naturaleza que ahora”.

Alex Hutchinson, colaborado­r de RW, divulgador científico y autor de Endure, dice: “Predigo que, en el espacio de 25 años, un súperventa­s (¡ojalá que mío!) provocará un movimiento de masas conocido como Nuevo Minimalism­o en el que corredores de todo el mundo deciden despojarse de su tecnología portátil, desconecta­r sus chips de monitoreo implantado­s y salen a correr ajustando el ritmo nada más que a través de sus propias sensacione­s”.

DESPUÉS DE TODO…

Esas sensacione­s son lo que queda y nunca cambia. En 25 años, independie­ntemente de cómo se transforme el mundo, los corredores saldrán por la puerta de su casa y pondrán un pie delante del otro. Según vayan cogiendo un ritmo, el trote les despejará y sus preocupaci­ones desaparece­rán. Se sentirán poderosos y vivos. Correrán.

LAS CÉLULAS MADRE IMPLANTADA­S PODRÁN REGENERAR CARTÍLAGOS, LIGAMENTOS Y HUESOS

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Lo primero es lo primero: mis únicos calcetines limpios son de algodón… ¡OTRO DÍA EN EL FUTURO!
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VESTIMENTA REQUERIDA “Algo de 2018, por favor. Fue una buena época para la moda, vaya que sí”.
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