En Ayunas
POR AYUNO INTERMITENTE SE ENTIENDE UN PERIODO MÁS O MENOS LARGO (DE HORAS A VARIOS DÍAS) DE RESTRICCIÓN ALIMENTARIA TOTAL (SOLO INGIRIENDO AGUA) O PARCIAL (LÍQUIDOS Y/O SÓLIDOS CON ALGÚN COMPONENTE NUTRITIVO).
Hablamos de una interesante opción que puede reportarte beneficios: el ayuno intermitente.
PUEDE SER un día a la semana de ayuno total, o cada quince; o dejar de comer durante 16 horas cada día, solo comiendo en el transcurso de las ocho restantes… Hay muchas posibilidades. Tradiciones religiosas como el Ramadán, el periodo de la Cuaresma o Semana Sa nta , también exhortan al ayuno.
Ciertamente, dejar de comer es sinónimo de perder peso. Pero habría que matizar eso, pues nuestro metabolismo, sabio él, se adapta al bajo aporte de calorías y responde siendo más eficaz y ahorrador. Lo que está claro es que si cerramos la boca y no comemos, dejamos de suministrar calorías a nuestro organismo. Y éste, para mantenerse en funcionamiento, las obtendrá de sus reservas, sobre todo a partir de la grasa corporal.
Al entreno en ayuno se le atribuyen ciertas ventajas:
Produce un mayor uso de
grasa corporal. Se sugiere en algún estudio, y explican los que lo practican, que entrenar en ayunas capacita la optimización del consumo de grasas a niveles más altos de intensidad de esfuerzo, por lo que así se favorece un ahorro del glucógeno muscular que pudiéramos necesitar en otros momentos de alta exigencia energética.
Ayuda a tener un mayor conocimiento de nuestro cuerpo. Entrenar en
ayunas posibilita conocer las sensaciones que tendrá el organismo cuando, por ejemplo, en una carrera de resistencia estemos rayando el agotamiento de glucógeno. En ese momento deberemos adaptar el ritmo hasta que nuestro cuerpo asimile la energía a través de los avituallamientos que le vamos proporcionando.
Sin embargo, hay que tener en cuenta que, ante el ayuno, puede ocurrir esto:
La energía que necesitan nuestros músculos cuando trabajan a intensidad me-
dia-alta proviene de la descomposición del glucógeno muscular en glucosa. El glucógeno se agota, aproximadamente, a las dos horas de iniciar el ejercicio y mantener un ritmo medio-alto, por lo que practicar deporte intenso durante más de ese tiempo puede llevarnos al agotamiento y a tener un desfallecimiento (una pájara) o incluso a una lesión o accidente, por pérdida de las capacidades de fuerza, coordinación o agilidad.
Cuando se agota el glucógeno muscular, el cuerpo tiene la capacidad de degradar proteína muscular para así obtener la energía que necesita. Al degradar dicha proteína, se obtienen aminoácidos. Hay unos, los llamados aminoácidos ramificados (AAR o BCAA, en inglés) que se incorporan de una forma más clara en el metabolismo energético. O sea, que podemos perder masa muscular.
A nivel general, hay evidencias que sugieren que el ayuno terapéutico puede proporcionar un beneficio sustancial para reducir algunos riesgos sobre la salud. Pueden darse ciertos beneficios metabólicos y cardiovasculares tales como una reducción de la grasa corporal, colesterol LDL, triglicéridos y proteína C reactiva. El ayuno también aumenta la segregación de GH (hormona del crecimiento) y facilita tanto la lipólisis como la liberación de ácidos grasos para su uso energético.
El ayuno intermitente, si se practica con mucha frecuencia o durante demasiados días seguidos, puede dar lugar a migraña, mareos y desmayos, debilidad general, deshidratación y mucho apetito (contraproducente si se pretende perder peso). Y en casos graves, desnutrición, trastornos en la conducta alimentaria, mayor vulnerabilidad a infecciones e incluso daño en algún órgano. Incluso se han referido daños a nivel cardiaco.
Cuando nos sometemos a la disciplina navideña de comer como si el mundo se acabara, después está bien pasar uno o dos días de ayuno relativo: caldos, infusiones, fruta, algún yogur como mucho. Eso ayudará a que nuestro aparato digestivo se recomponga después de tanto estrés y facilita que la báscula, siguiendo una dieta adecuada para tal fin, vuelva a marcar el valor previo al homenaje que le hemos ofrecido a Pantagruel. Sin olvidarnos de hacer ejercicio ligero, pero sin pasarnos: poco alimento y alta intensidad de acción, no son amigos.
Hay evidencias que sugieren que el ayuno terapéutico puede aportar un beneficio sustancial para reducir ciertos riesgos sobre la salud.