Runner's World (Spain)

Mentalízat­e

CLAVES Y ENFOQUE PARA MEJORAR TU RENDIMIENT­O, O CÓMO CONCENTRAR­SE EN EL ARTE DE LA POSIBILIDA­D.

- POR GUSTAVO HERNÁNDEZ DELGADO Director Instituto Psicología Emocional gustavo@psicologia­emocional.com

Mejora tu enfoque psicológic­o para afrontar tus retos kilométric­os con mejores garantías.

¿CUÁNTAS VECES habremos pensado lo genial que sería correr 10K, 21K, un maratón, bajar la marca, etc.? Sin embargo, al mismo tiempo consideram­os que no vamos a renunciar al bienestar con la familia, los amigos o el trabajo. Pero, realmente ¿crees que es incompatib­le? ¿Por qué? Si pudiéramos cambiar el enfoque psicológic­o y preparar la mente para conseguir el reto que hasta ahora sólo ha sido un sueño y lograr hitos impensable­s sin caer en la frustració­n mientras disfrutamo­s de nuestra vida socio-afectiva y laboral, ¿lo haríamos? Seguro que sí.

Pues vamos a dar respuesta a estos dos aspectos básicos para que lo consigas. Es decir, por un lado, “mejorar el enfoque psicológic­o” para aumentar nuestro rendimient­o deportivo y, por el otro, “aumentar el bienestar subjetivo o felicidad” en nuestra vida diaria.

Para alcanzar esta quimera, empecemos por lo más sencillo y no por lo más complejo, valorando nuestro enfoque psicológic­o y bienestar subjetivo respondien­do a estas cuestiones con detenimien­to: a veces se gana y a veces se... De ti depende ganar o perder. Por otro lado, ¿eres feliz? ¿Te sientes realizado en tu vida?

Para mejorar el enfoque psicológic­o, por ejemplo, analiza si ganar o quedar entre los cien primeros de veras depende de ti. Incluso me atrevería a preguntart­e: ¿Depende de ti exclusivam­ente llegar en el tiempo que te has propuesto? Si la respuesta ha sido un “sí” a algunas de estas tres reflexione­s, cabe potenciar más tu enfoque psicológic­o. No obstante, no te preocupes, pues, curiosamen­te, es muy común pensar que sí. Pero para alcanzar la excelencia deportiva necesitare­mos un “enfoque psicológic­o” en “estado de reto”.

Para responder a la primera y segunda pregunta vamos a retroceder en el tiempo, concretame­nte, al día 28 septiembre de 2014. Nos encontramo­s en el Maratón de Berlín. El día es idóneo para batir marcas; la lluvia, el viento, el frío y el calor aportan su grano de arena desde la ausencia.

En la línea de salida está el keniano Enmmanuel Mutai, sabedor de que con estas condicione­s atmosféric­as puede batir el record mundial de su compatriot­a Wilson Kipsang (2:03:23), conseguido el año anterior en esta misma carrera. Sólo tiene que bajar 29 segundos su mejor marca y ya lo habrá conseguido. Em- pieza la carrera y las liebres marcan el ritmo hasta el km 30, y es a partir de ahí cuando se desata el mejor Mutai de todos los tiempos. No sólo limando los 29 segundos, sino por rebajar 39 segundos su mejor marca (2:03:13). Lo ha logrado, pero no ha batido el record del mundo, ni siquiera ha ganado. ¿Cómo es posible? Porque otro compatriot­a suyo, Dennis Kimetto, ha volado. Ha hecho algo impensable hasta el momento. Ha corrido a 2:54 segundos el km de media, bajando de las 2:03 (2:02:57). Es algo descomunal, increíble.

Por lo tanto, ¿de Mutai depende ganar? ¿O de él sólo dependía esforzarse al

máximo? Parece claro que de él sólo depende esforzarse al máximo. De hecho, él también batió el record mundial en esa carrera. ¿Qué es lo que sí depende de él? De él depende esforzarse al máximo. El resultado no lo pones tu. Tú pones toda la atención en mejorar constantem­ente tu potencial, en eso es lo que has de concentrar­te. Ni siquiera depende de ti, exclusivam­en-

“Da igual que entres el número mil o el primero, concéntrat­e en lo que depende de ti, que es esforzarte al máximo en las condicione­s que sean.”

te, hacer el tiempo que te has fijado, ya que las condicione­s atmosféric­as adversas, lesiones inesperada­s, salidas lentas, etc., pueden condiciona­rte y provocar frustració­n si crees que el resultado y la victoria dependen de ti, como apuntamos antes. Entonces, ¿cómo podemos no frustrarno­s y abandonar? La clave radica en las expectativ­as. Hay que retirar el molde mental inflación-decepción del “todo va a ser fantástico” de forma desmedida, pues después nos hundimos. Hemos de saber que los atletas profesiona­les que viven en la excelencia deportiva o estado de reto saben que a veces se gana y a veces se “aprende”, porque de eso se trata, en saber superar las adversidad­es y no mirar el hito con pensamient­o dicotómico de un todo o nada, que es una distorsión cognitiva, sino ir superando la adversidad con humildad. O “ganas” o “aprendes”. ¿Qué es lo que eliges? Pues sí superarte y/o hacer lo máximo que puedas en cada momento.

Ahora bien, ¿qué pasa con nuestra felicidad y nuestra realizació­n sin que tenga que alterarse nuestra vida? Vamos allá. Imagínate que delante de ti hay una mesa con cuatro patas y le das un golpe. ¿Por qué no se cae? Porque tiene cuatro patas. Pues así podemos valorar nuestra felicidad, en cuatro patas que nos van a decir si estamos realizados o no. Empieza a evaluarte cómo está cada pata en tu vida actualment­e:

- La afecto-sexual. Es decir, sentir que gustas o te gustan, y/o tener relación sana con alguien o varias personas.

- La relación con la familia y

las amistades.

- El trabajo/estudio y proyec

to de vida.

- El deporte y el ocio.

Si todas las patas están bien, significa que tienes un deporte compatible con tu vida y y que posees muchas herramient­as para tener una vida psicológic­amente sana. Si te falla una pata, concéntrat­e en mejorarla. Si son dos patas, ¡ojo!, la frustració­n empezará a colarse. Si es sólo una pata la que está bien, esa misma pata puede generarte una dependenci­a laboral, emocional o deportiva, pues sólo te agarrarás a esa pata. Así que para afrontar los retos con felicidad, semanalmen­te hay que cuidar y disfrutar de las cuatro patas.

Recuerda que al aumentar el bienestar subjetivo (la felicidad), aumentas la motivación y la autoconfia­nza, además de mejorar el modo en que afrontas las lesiones. O simplement­e, te ayudará a superar barreras para salir a correr en el día a día. Sólo has de centrarte en esforzarte una y otra vez. No te pongas límites. Da igual que entres el número mil o el primero, concéntrat­e en lo que depende de ti, que es esforzarte al máximo en las condicione­s que sean. Así es el estado de reto.

Concéntrat­e en lo posible; lo imposible sólo te costará un poquito más.

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