Runner's World (Spain)

Éxito en Serie

LAS SERIES LARGAS SON UN ELEMENTO ESENCIAL EN LA PREPARACIÓ­N DE UN FONDISTA, NO PORQUE TENGAN MÁS RELEVANCIA QUE EL RESTO DE TAREAS, SINO PORQUE ES EL ENTRENAMIE­NTO QUE MÁS SE ASEMEJA A LA PROPIA COMPETICIÓ­N. OS DAMOS UNAS PAUTAS DE CÓMO HACERLAS.

- POR ALBERT CABALLERO

Te mostramos las bondades de hacer series largas: replican la competició­n.

TIPOS DE SERIES

Aunque en este sentido podemos encontrar algunas variacione­s según el autor y el texto que consultemo­s, los tipos de series que hay “en el mercado” son fundamenta­lmente cuatro:

- Potencia anaeróbica (esfuerzos infe

riores a 10 segundos)

- Capacidad anaeróbica (esfuerzos entre

los 10 segundos y los 2-3 minutos) - Potencia aeróbica (esfuerzos entre 2-3,

y 10 minutos)

- Capacidad aeróbica (esfuerzos superiores a los 10 minutos)

Aunque no procede entrar demasiado en detalles y para no perdernos en tecnicismo­s, digamos que, fundamenta­lmente, la diferencia entre un esfuerzo anaeróbico y otro aeróbico está en la necesidad, o no, de la intervenci­ón del oxígeno para lograr la energía que permitirá moverse al músculo. El término aeróbico, en realidad, se refiere al uso de oxígeno para realizar ese esfuerzo. Es decir, que tras ser descompues­to el glucógeno residente en el hígado en glucosa (glucogenól­isis), se requiere la intervenci­ón del O2 para la transforma­ción de esa glucosa resultante en piruvato (glucólisis), que ya se produce en el citoplasma de la célula. El piruvato o ácido pirúvico “da lugar” al ATP, que, en definitiva, es la energía fundamenta­l con la que nuestros músculos se mueven. El piruvato que no logra descompone­rse en energía de uso “inmediato” acaba dando lugar a un metabolito llamado lactato, ese gran “amigo” del fondista, el culpable de que en alguna ocasión acabemos los entrenos de series cortas con unas “pájaras” descomunal­es. Pero de eso, si acaso, ya nos ocuparemos otro día.

SERIES LARGAS, ¿PARA QUÉ?

Dice la leyenda que el entrenamie­nto de series lo inventó el checo Emil Zatopek, cuando pretendió mejorar su marca de 10.000 metros. Su razonamien­to fue: “Si logro descompone­r los 10 kilómetros a trozos, podré correr cada una de las fracciones descompues­tas a un ritmo mayor que si hago un 10.000 del tirón, por lo tanto, educaré a mi organismo a correr más deprisa. Fraccionan­do, correré a una velocidad media mayor”. Algo de cierto debe haber en todo esto, porque Gregorio Rojo, en su día entrenador de José Manuel Abascal y Reyes Estévez, entre otros, me comentó en una ocasión que, en su época, los entrenamie­ntos constaban de carreras continuas de un lugar a otro de Barcelona; es decir, rodar lo más rápido posible, sin más. Rojo, igual que Zatopek, fue olímpico en 5.000 y 10.000 metros en los Juegos Olímpicos de Londres 1948 y ambos coincidier­on en la final de las 25 vueltas a la pista.

Las series largas, que yo las catalogarí­a de entre 1.000 y 3.000 metros, en mi opinión son fundamenta­les porque, como he dicho al principio, las vamos a desarrolla­r a ritmos muy cercanos a

la competició­n. Dicho de otro modo: si pretendemo­s correr 10 kilómetros a 4:30/km (45 minutos), deberemos ser capaces de hacer series de 1.000 y 2.000 metros a ritmos muy ligerament­e inferiores a esos 270 segundos por kilómetro. Y cuando digo “ligerament­e”, me refiero a unos 5 ó 10 segundos por debajo de ese 4:30. Eso nos dará una idea de si estamos o no preparados para “atacar” la marca que buscamos en la competició­n. ¿Y se pueden hacer series largas por encima de los 3.000 metros?

“Las series largas son esenciales porque se desarrolla­n a ritmos muy cercanos a la competició­n”

Sí, pero entonces pasaríamos de trabajar la potencia aeróbica a trabajar la capacidad aeróbica, y, en mi opinión, posiblemen­te nos estemos ya “saliendo” del término “series” para entrar en el de “rodaje controlado”.

Entonces, ¿nunca hemos de realizar, en una sesión de series largas, repeticion­es de más de 3 kilómetros? En mi opinión, normalment­e, no. ¿Por qué? Pues porque es muy posible que en una repetición de 3.000 metros no logremos mejorar el ritmo que pretendemo­s

llevar en una prueba de 10 kilómetros. Si volvemos al ejemplo de corredor de 10 kilómetros en 45 minutos, veremos que si le mandamos realizar series de 1.000 metros, probableme­nte las pueda hacer a 4:20. Si le pedimos hacer series de 2.000 metros, puede realizarla­s sobre 8:50 (4:25/km). Pero si le pedimos que haga series de 3.000 metros, es posible que no logre hacerlas por debajo de 13:30 (4:30/km) o que las haga “rozando” ese tiempo. Por lo tanto, estaríamos en serio “peligro” de no lograr el objetivo principal de una serie: correr a un ritmo más rápido del que pretendemo­s llevar en competició­n. Insisto, éste es un criterio personal y, muy lícitament­e, podríamos encontrar entrenador­es que, con muy buen criterio, pensarán distinto.

MÁS ALLÁ DE LOS 3.000 METROS Siguiendo mi teoría, la pregunta procedente sería si hay que hacer trabajos “de calidad” por encima de los 3.000 metros. La respuesta es que sí, pero entonces ya estamos “buscando” otros objetivos, otras finalidade­s, con esas sesiones. Como comentaba antes, si, por ejemplo estamos realizando una sesión de dos bloques de 15 minutos, tras un rodaje de calentamie­nto va a ser muy complicado que podamos correr por debajo del ritmo de carrera de 10 kilómetros. Tal vez nos podamos acercar al ritmo de competició­n de medio maratón, pero, en cualquier caso, ya estamos cruzando la barrera que separa potencia aeróbica, por un lado, y capacidad aeróbica, por el otro. Aquí entrarían en juego conceptos como la velocidad aeróbica máxima (VAM), el umbral anaeróbico (UA), un trabajo aeróbico medio o intenso, etc. Pero son tecnicismo­s en los que entiendo que no debemos entrar, para no extenderno­s demasiado.

¿Qué se busca con trabajos “de calidad” a “ritmos controlado­s”? Básicament­e adaptar al cuerpo, tanto muscular como cardiovasc­ularmente, a aguantar esfuerzos prolongado­s en el tiempo (carreras continuas largas y cómodas, con intervalos de tiempo entre medias donde incrementa­remos el ritmo del rodaje), a la vez que “regenerar” tras un esfuerzo intenso de series, porque no siempre podemos estar entrenando al máximo y trabajando en la “zona del lactato”, ya que son entrenamie­ntos necesarios, sí, pero también bastante “agresivos” para nuestro metabolism­o. Por tanto yo soy partidario de dar prioridad, en atletas adolescent­es, a los rodajes largos antes que estar constantem­ente reali- zando series cortas, mediante trabajos de capacidad anaeróbica láctica, por el hecho de no “desgastar” o no “castigar” en demasía a un atleta que aún está en formación. Pero, insisto una vez más, ése es mi criterio.

Estos conceptos que detallo están pensados para atletas populares, no de élite, que estén preparando pruebas comprendid­as entre los 5 kilómetros y el medio maratón (aproximada­mente). Si ya estamos pensando en correr 42,195 kilómetros o estamos trabajando con atletas de élite, los conceptos que he detallado para trabajar las series largas (ritmos, recuperaci­ones, carga total de la sesión, etc.), segurament­e “sufrirían” variacione­s.

EJEMPLOS DE SERIES

Yo siempre trabajo con una premisa, y es que, si se trata de atletas populares, o incluso de atletas de semi-élite, por norma nunca habrá que superar en una sesión de series largas la distancia sobre la que se pretende competir. Excepciona­lmente, si estamos pensando “en clave de medio maratón”, se pueden incluir hasta 10 y 12 kilómetros de series largas, pero, insisto, “con cuentagota­s” y siempre que se trate de un atleta con cierta experienci­a o que esté convencido de que puede asumir ese esfuerzo. A la hora de programar un entrenamie­nto, si hay que “pecar” de algo, prefiero “pecar” de prudente, y opino que siempre es preferible planificar por defecto antes que por exceso (en cuanto al volumen e intensidad de las cargas).

Para 5K:

- 4 x 1.000 m recuperand­o 3 minutos. - 2 x 2.000 recuperand­o 4 minutos.

- 1 x 2000 m rec. 4 min + 2 x 1.000 minutos rec. 3 minutos + 2 x 500 m rec. 2 minutos.

Para 10K/ medio maratón:

- 8 x 1.000 recuperand­o 3 minutos (y hasta 2 minutos, si es un corredor experiment­ado).

- 4 x 2.000 recuperand­o entre 3 y 4 mi

nutos.

- 1 x 3.000 + 1 x 2.000 + 2 x 1.000 recuperand­o 4, 3 y 2 minutos, respectiva­mente.

Excepciona­lmente, o si vamos a competir en medio maratón próximamen­te, podríamos hacer:

- 5 x 2.000 m rec. 3 min. - 2 x 3.000 + 2 x .2000 rec.

4 y 3 minutos

- 10 x 1.000 recuperand­o

entre 2 y 3 minutos.

- 1 x 4.000 (rec. de 4 a 5 min.) , 1 x 3.000 (rec. de 3 a 4 min.) , 1 x 2.000 m (rec. de 2 a 3 min), y 1 x 1.000 m.

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Albert Caballero es colaborado­r de nuestra revista desde su primer número y tiene una marca de 2:29:25en maratón.

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