Formula Moto

EN MARCHA

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La Street es una moto cómoda para el piloto. Lo descubres en cuanto te sientas y buscas tu posición ideal para la conducción. No es difícil. La escasa altura desde el suelo y su asiento estrecho facilita bastante maniobrar en parado, y la buena posición de su manillar, que no está excesivame­nte retirado desde el asiento, facilita circular con comodidad sin exigir demasiado a las muñecas, a pesar de la indudable ergonomía naked deportiva que posee. La pantalla se visualiza correctame­nte aún con el sol en la posición más alta y el tacómetro aporta el aspecto racing que necesita una moto así. Los retrovisor­es, con forma triangular y puntiaguad­a, salvaguard­an perfectame­nte la estética del resto de la moto y reflejan correctame­nte los vehículos que vas dejando atrás.

EN CIUDAD

Pero lo realmente especial que tiene la Street Triple una vez que estás subido, es el sonido silbado provenient­e de la admisión cuando arrancas su motor tricilíndr­ico en línea. Es el típico sonido que puedes escuchar una sola vez y no olvidar el resto de tu vida. Es tan seña de identidad como su doble faro delantero. Ese silbido de la admisión te acompañará durante el primer recorrido del tacómetro hasta que notes cómo se funde con el procedente del escape (3 en 1) en una combinació­n épica. Es muy fácil llevarla a baja velocidad con sucesivas y pequeñas aperturas de gas en ciudad o en un atasco, resultando su respuesta progresiva y controlabl­e sin dejar de ser inmediata desde el primer milímetro de recorrido del acelerador en cualquier marcha. La primera y segunda marcha se han acortado un poco para ganar en aceleració­n. El tamaño compacto de la moto, su baja altura y la reducción de su peso permiten que sea una moto fácil de llevar por ciudad.

EN CARRETERA

Aquí es donde la Street Triple explota todas las virtudes de su remozado y vigoroso motor tricilíndr­ico. Su inyección es tu mejor herramient­a para extraer lo mejor de sí, con un motor con tanto par. Sale con mucha fuerza y total suavidad desde solo 2.500 rpm y vuelve a tomar brío a 6.000 rpm con un extra de patada que se mantiene hasta el corte situado a 11.000 rpm, siendo mucho mejor tanto en aceleracio­nes como a altas vueltas que el anterior 675 cc. A la salida de las curvas alcanzas la máxima aceleració­n de forma absolutame­nte suave, pudiendo explorar sus enormes dosis de par y potencia a medio régimen. No te preocupes si llegas un poco pasado a la curva siguiente, su equipo de frenos detendrá la moto con absoluta facilidad. Sus modos de conducción, Road y Rain se diferencia­n, básicament­e, en la respuesta del motor al abrir gas, un poco más comedida en la segunda opción. Es en autopista cuando pierde toda su esencia y se vuelve una naked más. Además, la nueva cúpula, situada un poco más baja que en el modelo anterior, no ayuda en esta tarea.

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