EN CARRETERA
Son scooter, de acuerdo, pero sus prestaciones y comportamiento los llevan a otro nivel, cercano al de una moto media deportiva. Quizá no corran tanto, en términos de velocidad máxima, pero andan lo suficiente para mantener ritmos muy altos en carretera. Sumado a un comportamiento impecable, hacen de ellos vehículos verdaderamente efectivos y divertidos en cualquier carretera revirada, con buen asfalto, permitiendo demostrar esa capacidad deportiva que se les ha querido dar. Los tres requieren buen asfalto. Son capaces de rodar sobre pisos más rotos, pero como buenas motos deportivas que son, botarás y notarás con claridad todos los baches sobre los que pases. Con el AK 550 se puede ir muy deprisa. Frena muy bien, se tumba todo lo que te atrevas, avisando muy bien de lo que pisa y del agarre disponible. Cambia de lado de inclinación con rapidez y una precisión absoluta. Y, por supuesto, acelera y corre mucho. El TMAX es similar. Pesa menos, lo que aprovecha para calcar las prestaciones del más potente KYMCO. Precisión también absoluta de la trazada que quieres hacer y excelente capacidad de agarre e inclinación. Pero parece algo más lento de reacciones a la hora de cambiarlo de posición. Le gana el AK por muy poco. El BMW les supera a la hora de acelerar o recuperar. Pero necesita más espacio para frenar o cambiar de dirección. Es evidente que dispone de un chasis menos rígido, menos deportivo, y llevado a ese límite de deportividad se le nota menos dispuesto.