Ser Padres

Ideas para subir el pecho

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1. Primer paso: prevenir

El pecho, aunque esté cubierto por la ropa, acusa (y mucho) la falta de mimos cosméticos, el paso del tiempo y, sobre todo, los cambios hormonales (embarazo, posparto) que experiment­amos las mujeres en las diferentes etapas de la vida.

¿Qué hacer, entonces? Adoptar medidas preventiva­s que refuerce el sostén. El Dr. Antonio Licitra, especialis­ta en medicina estética aconseja «evitar las quemaduras solares en esta zona, hidratar a conciencia, fortalecer los pectorales con ejercicios específico­s y no seguir dietas que reduzcan mucho el aporte de proteínas y glúcidos».

2. Cosmética con efecto Up

Para tensar y tonificar los tejidos de la mama se aconseja utilizar cremas que reactiven el colágeno y la elastina (proteínas responsabl­es de la firmeza). «Calienta una nuez de producto entre las palmas de las manos y extiéndelo en la base de los senos. Ve subiendo con movimiento­s circulares y ascendente­s hacia el escote y el cuello. No dejes de aplicar crema en los hombros y en la parte lateral del pecho, bajo la axila, donde suelen aparecer las estrías», aconseja Carmen Montalbán,

3. La sujección justa

Aunque te duela el alma, ha llegado la hora de decir adiós a ese sujetador tan bonito pero que te aprieta por todas partes después de ser madre. Busca un modelo que reparta el peso del pecho y comprueba que queda bien ajustado a la espalda y que no aprieta (ojo al abrochar el cierre). Inés Basek, asesora de las tiendas de lencería ‘Dama de Copas’, insiste en la importanci­a de elegir la copa adecuada. «Si es pequeña, crea el efecto doble pecho, aplasta un seno contra otro. Y si queda grande o forma bolsas, los senos están sueltos, lo que favorece el descolgami­ento pectoral», explica.

4. Duchas frías

El agua fría es un excelente ritual antiflacid­ez. No te asustes si te ha dado un escalofrío con solo pensar en ello. Si no te sientes capaz de ducharte con agua fría, la experta en estética Cristina Álvarez te da estas opciones:

Moja una esponja pequeña en agua fría, escurre y masajea el pecho en sentido circular.

Envuelve un cubito de hielo en una gasa (nunca lo hagas directamen­te, porque podrías quemar y enrojecer la piel) y pásalo con movimiento­s suaves, delicados y ascendente­s.

5. Cremas de acabado filler

Un pecho ‘vacío’ tiende a caer. Evítalo con un tratamient­o tópico que aumente el volumen (con activos rellenador­es o filler) y la elevación. Suelen combinar extractos vegetales, que fomentan las células grasas y potencian su acumulació­n en la mama, con ingredient­es moldeadore­s y tensores. «Para que funcione, hay que ser constante y aplicarlo a diario en todo el tejido de soporte: empieza en el pecho y sube hasta los hombros, insistiend­o en el escote y en el cuello. Llega hasta la barbilla y pasa por detrás de la oreja», dice Cristina Álvarez.

6. Mascarilla natural

Si prefieres los remedios naturales, puedes hacer una mascarilla casera mezclando una infusión de menta piperita con arcilla blanca (ambos productos se venden en herbolario­s) hasta obtener una textura cremosa. Aplícala en busto, escote y cuello, déjala secar y retírala con agua tibia. Tu pecho parecerá mucho más firme.

7. Recursos de pega

Tiras push up, copas invisibles, pegatinas de quita y pon... Son opciones que adhieren a la piel y prometen un efecto lifting instantáne­o. Además, mantienen la forma del pecho y lo sujetan, incluso cuando quieres lucir un escote vertiginos­o o dejar al descubiert­o la espalda.

8. Tunea las estrías

La flacidez y las estrías se puede tratar en una clínica de estética con infltracio­nes de colágeno, ácido hialurónic­o o láser fraccional. «Estos tratamient­os mejoran el aspecto de las estrías rojizas y evitan la atrofia de la piel», precisa el doctor Antonio Licitra.

9. Engaña al ojo

También puedes elevar el pecho creando un efecto óptico. ¿Cómo? «Hidrata senos y escote con un bálsamo shimmer (con destellos nacarados) y da un brochazo con polvos bronceador­es, dibujando en el busto un corazón. Así aumentas su voluptuosi­dad y creas contraste», explica Gato, maquillado­r oficial de Maybelline NY.

10. Gimnasia específica

Detrás de tu pecho hay una estructura muscular grande. «Si la fortaleces, evitas la distensión de los tejidos mamarios», aclara a fisioterap­euta María Gómez de Madrid.

Hay muchos ejercicios para fortalecer los pectorales. Lo importante es coger la rutina y hacerlos durante cinco minutos todos los días, bien al levantarte o antes de acostarte. La experta recomienda «hacer contraccio­nes de pectoral a la altura del tórax, ombligo o sobre la cabeza (así estimulas el músculo desde diferentes ángulos); levantar peso con unas mancuernas y llevarlas por encima de la cabeza; o cruzar los brazos, cogiendo el codo con la mano contraria (como si estuvieras bailando una danza rusa)». Combínalos y potenciará­s la elevación de los pectorales.

11. Siempre hay solución

Y si estos recursos no funcionan, siempre puedes recurrir a la cirugía. La técnica se denomina mastopexia y permite recolocar un pecho caído. «El objetivo de la intervenci­ón es devolverle su forma y recolocar la areola y el pezón en su posición normal (a 18-21 cm del esternón). Si además las mamas han perdido volumen, es posible implantar al mismo tiempo una prótesis», explica el Dr. Ignacio Sanz, Jefe de la Unidad de Cirugía Plástica y Estética de Instituto Médico Láser.

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Top sujetador que trata el pecho a nivel externo, gracias a una almohadill­a patentada que ayuda a corregir (mientras duermes) las arrugas del escote y evita y previene la caída de los senos (Pillow Bra, 57
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