4 Sus pataditas
¡Mamá, estoy aquí!
Hacia la semana 18-20ª (antes si eres muy delgada o si has tenido más hijos), sentirás los primeros movimientos de tu bebé. Él ya se movía, lo hace continuamente desde hace meses, pero tú aún no lo notabas.
Para muchas embarazadas la primera patada resulta inolvidable. Y si no que se lo digan a Cristina Caniego, de Madrid, que cuenta que durante el embarazo, el papá de la criatura le pidió matrimonio frente a la Torre Eiffel, anillo en mano. «No sé si fue por las hormonas o porque no me lo esperaba, pero me quedé bloqueada. Mi bebé me hizo reaccionar dando su primera patada. A mí me daba igual casarme, pero me puse a llorar como si no hubiera un mañana. Mi chico se pasó media hora con las manos en mi barriga esperando otra patada, pero ese día ya no quiso dar más. Al final nos olvidamos del anillo y de todo, fue como si se hubiera parado el mundo. Y, finalmente, ¡nos casamos!», cuenta.
Algunas embarazadas definen esas primeras pataditas como un pequeño burbujeo o un leve aleteo, como si fueran gases. Al principio pueden pasar días sin que vuelvas a notarlo. Pero después, sentirás a tu hijo a diario y cada vez con más frecuencia y más
fuerza. «Es tan bonito notar que dentro de ti se está gestando una vida creada por el amor», reflexiona Noelia López.
Aroa Soriano, de Minglanilla (Cuenca), cuenta cómo percibió la primera patada: «A las 18 semanas de embarazo estaba en el sillón relajada y, de repente, noté un golpecito en el lado izquierdo de la tripa, y después otro en el derecho. Me levanté corriendo y le pregunté a mi madre qué podía haber sido aquello. Me dijo que eran los movimientos del bebé, que ya tenía que comenzar a notar poco a poco. Me emocioné tanto que no podía hacer otra cosa que tocarme la tripa. Es la mejor sensación que he tenido nunca. Sentir a mi bebé me da tranquilidad, así sé que está bien».