Todo son ventajas
No
hay nada que calme más a nuestro hijo que estar en contacto directo con la piel de mamá o papá. Siente nuestro olor y calor, y eso le reconforta. Y es que la seguridad es una de las ventajas que le ofrece el uso del portabebé, pero hay unas cuantas más.
Para el bebé
Duerme mejor. A los bebés les resulta más fácil dormir cuando van en la mochila y disfrutan de nuestro «balanceo» mientras caminamos, tendemos la colada, doblamos la ropa...
Recibe estimulación visual. Desde esta altura, el niño tiene una perspectiva mucho más amplia del mundo que le rodea.
Llora menos. Al estar más entretenido y relajado, los lloros disminuyen.
Es más feliz. Le tienes más cerca, le acaricias más y se siente más querido.
Para los padres
Fortaleces el vínculo. Aunque ya existía un amor inmenso antes de verle la carita, estar tan pegaditos hace que se estreche ese vínculo.
Tienes más libertad manual. Hay que fregar platos, cocinar, ordenar el armario, hacer la compra... Puedes seguir con tu rutina diaria pero con tu pequeñín pegado a ti.
Estás más tranquilo. Tendrás la seguridad de que vas a ser el primero en saber si le pasa algo a tu bebé (hambre, dolor, sueño...).