3 Ideas para viajar en familia.
1 Mallorca es mucho más que playa
Todo
lo que el poeta y el pintor pueden soñar, la naturaleza lo ha creado en este lugar », decía la escritora francesa Geoge Sand (1804-1876), pseudónimo de Amantie-Aurore Dupin, sobre Mallorca, la isla donde vivió con el compositor Chopin y que la sirvió de inspiración para su libro Un invierno en
Mallorca. Y tenía toda la razón porque «la isla más deseada», brinda todos los alicientes para una escapada fabulosa todo el año: clima mediterráneo, playas preciosas y una amplia oferta hotelera con un sinfín de posibilidades de entretenimiento: deporte, parques acuáticos, aventura...
En la parte septentrional de Mallorca se encuentra un enclave único, entre la bahía de la Ciudad Romana de Pollentia y las preciosas playas paradisíacas de Alcúdia, una visita muy atractiva para viajar con niños: con sus siete kilómetros de costa orientadas hacia la bahía de Pollença, que conserva importantes estructuras como el teatro, el foro o la Portella. Un recorrido por las murallas medievales, el museo monográfico y por su encantador centro histórico, ¡atraparán su atención!
Por mar y tierra
A pocos kilómetros del centro, se encuentran dos playas magníficas: Sant Joan y Sant Pere, orientadas hacia la bahía de Pollença, de fácil acceso para ir con niños pequeños. Cuentan con vigilancia e incluso, una de ellas, con hamacas y chiringuito.
Una buena opción para recorrer Alcúdia es montarse a bordo del tren o bus turísticos. Es una alternativa cómoda para los padres y divertida para los hijos. El hecho de poder subir y bajar en cualquiera de las paradas tantas veces como se quiera, facilita la organización con los más pequeños y les entretiene. Y para los mayores... una parada gastronómica para degustar el típico pa amb oli con quesos y embutidos locales y el tumbet de verduras, de pescado o de carne. ¡Un auténtico manjar!
Así podemos continuar con fuerzas para embarcarnos en los planes fresquitos: bien en el parque acuático de Hydropark o de excursión en barcos de Seatrips que salen desde el Paseo Marítimo, antiguo muelle de pescadores. A bordo de un catamarán se llega hasta la idílica playa de Formentor. Pero si se busca un recorrido más corto, nos podemos decantar por una travesía de dos horas hasta la playa Coll Baix. Los pequeños disfrutarán del viaje porque irán descubriendo los fondos marinos desde el suelo acristalado del barco. Además, durante el recorrido, se pueden admirar sorprendentes formaciones rocosas propias del litoral y bañarse en las transparentes aguas de esta paradisíaca playa.