Ser Padres

Dulces sueños mamá.

¿Ya no duermes cuando quieres si no cuando puedes (y a veces ni siquiera entonces)? Que no cunda el pánico. Algunas madres te regalan sus trucos para descansar, incluso en los primeros meses del bebé.

- Por: Belén Valderrába­no

Los patrones de sueño saltan por los aires con la llegada del bebé y así no hay quien descanse. El recién nacido duerme muchísimas horas, pero no seguidas: lo normal es que lo haga en pequeñas siestas y se despierte cada poco para comer. Y a la mayoría de ellos, en los primeros meses, el ciclo noche- día no les dice nada. Aunque creas que nunca volverás a dormir y que las ojeras han llegado a tu cara para quedarse, no desesperes, porque es temporal. Las madres experiment­adas aseguran que la situación mejora con solo cambiar algunos hábitos. Estos son sus consejos.

Bendita rutina Alba Moreno (Logroño)

Desde que nació, Almudena dormía durante el día y estaba mucho más activa por la noche. Intenté acoplarme a su ritmo, pero fue imposible porque su hermanito de cinco años también necesita atención y en horarios infantiles, como es lógico. Íbamos de mal en peor hasta que mi madre me vio tan agotada que decidió instalarse en casa como Mary Poppins. Se hizo cargo de las tareas del hogar, llevaba y traía al niño del cole y nos «impuso» (a lo suave pero sin ceder) unos horarios fijos para las comidas, para el paseo e incluso para irnos a la cama por la noche. Igual parece un poco agobiante –yo lo creía así al principio–, pero lo cierto es que necesitába­mos una rutina y ella nos proporcion­ó la estructura que yo no estaba siendo capaz de generar en ese momento. Poco a poco, la niña fue adaptando sus hábitos a los nuestros.

Aprende a delegar Claudia Lastra (Valencia)

Siempre he sido muy organizada y creía que en el posparto mi carácter me iba a ayudar a tenerlo todo bajo control pero… Carolina vino a enseñarme que no, que tendría que aprender a funcionar de otra manera. Los expertos te dicen: «Duerme cuando lo haga el bebé». ¿Y quién hace la comida o recoge la ropa? ¡Cuando la niña estaba despierta era imposible! Aprovechab­a para limpiar, cocinar y planchar cuando la niña dormía, pero terminaba tan cansada que me echaba a llorar sin venir a cuento cada dos por tres. ¡Menos mal que mi marido se plantó y me reclamó muy serio su parte de responsabi­lidad! Al principio me ponía nerviosa ver las cosas hechas a su manera, pero tuve que asumir que en ese momento mi tarea fundamenta­l era cuidar a mi hija, no limpiar el baño. Empecé a dormir cuando lo hacía mi hija y mientras el padre la bañaba o jugaba con ella. Y ese sueño ganado me permitía incluso pasar un rato en pareja. ¡Volví a ser persona!

La madre necesita dormir y puede hacerlo mientras su padre baña al bebé, le saca a pasear, juega con él...

La cuna de colecho, ese gran invento Carmen Sutil (Valladolid)

Roque nació con poco peso y necesitaba mamar constantem­ente. Para poder dormir algo de noche, empecé a acostarlo conmigo en la cama y así no tener que levantarme. Pero tampoco fue la solución, porque seguía sin pegar ojo por miedo a aplastarlo o hacerle daño sin querer. Entonces una amiga me recomendó utilizar una cuna de colecho. Se sujeta a la cama a la misma altura, de manera que solo tienes que estirar los brazos para coger al bebé, que duerme a tu lado, pero en su propio espacio. Estar al lado de mi bebé sin tener que preocuparm­e de mi postura o mis movimiento­s salvó mi descanso.

¡Cuidado con las cenas! Cristina Mur (Madrid)

Con la lactancia y el baile de hormonas del posparto tenía un hambre atroz. Además, no estaba acostumbra­da a pasar tanto tiempo en casa, con el frigorífic­o a mano, y empecé a picotear a todas horas. Sobre todo después de la última toma diaria de mi hijo, cuando le acostaba y él dormía más rato del tirón. Ahí aprovechab­a para cenar viendo la tele y alargaba el postre con unas patatas, un bollo, algo de chocolate… Después, aunque estuviera agotada, era incapaz de pegar ojo. En una revisión, mi matrona me dijo que mi forma de comer estaba interfirie­ndo en mi sueño: las grasas saturadas, los azúcares, los picantes, los refrescos… Todo eso me estaba impidiendo tener un sueño de calidad. Ahora intento no comprar ese tipo de comida para evitar la tentación y me tomo fruta o un yogur de postre. Mi manera de dormir, mi estado de ánimo y mi aspecto han mejorado un montón.

Quemar energía Sonia Ordás (Albacete)

Desde pequeña he sido muy activa. Soy la típica persona que siempre está haciendo varias cosas a la vez, así que las primeras semanas del posparto no me parecieron tan frenéticas como me habían contado. Mi hijo Diego es el bebé más tranquilo del mundo: dormilón, buen comedor… Pero yo tenía insomnio y no lograba quedarme dormida. Mi médico me explicó que era una reacción muy habitual en el posparto, fruto del efecto de las hormonas. Y que lo mejor que podía hacer para combatirlo era cansarme físicament­e con ejercicio. Así que empecé a salir a correr con el niño en el carrito… y mano de santo. Necesitaba quemar esa energía y no me daba cuenta. Ahora le dejo con mi pareja, cuando vuelve del trabajo, y me voy a hacer PIlates. Estar con gente de mi edad, dedicarme solo a mí, me hace sentir bien. Y como colofón, una larga ducha caliente antes de ir a dormir. Cansada y relajada, dije adiós al insomnio.

 ??  ??
 ??  ??
 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain