Beneficios de la actividad física en el agua
El agua es el medio idóneo para realizar ejercicio durante el embarazo, gracias a la ingravidez que proporciona. En este elemento soportamos únicamente el 50% de nuestro peso corporal, lo que favorece la movilidad y la flexibilidad. Así, la espalda se libera durante un rato de la tensión a la que está sometida permanentemente por el peso del embarazo.
Aumenta la posibilidad de tener un parto normal, si se practica con regularidad.
Reduce el riesgo de problemas como la diabetes.
Alivia las molestias típicas de la gestación, en especial la ciática y el dolor de espalda.
No solo se pueden hacer ciertos ejercicios con menos esfuerzo: la resistencia que ofrece el agua ayuda a mejorar el tono de piernas, glúteos y pelvis y protege las articulaciones porque evita el impacto.
La inmersión estimula la circulación, lo que ayuda a prevenir la hinchazón, los calambres y las varices.
La natación y la preparación al parto en el agua son ejercicios aeróbicos, y aumentan la resistencia pulmonar.
Ayuda a producir endorfinas; es decir, bienestar para ti y para tu bebé.