Así es un bebé de alta sensibilidad
Estos pequeños, a pesar de ser bebés normales y sanos, muestran patrones afectivos y de comportamiento peculiares que ponen a prueba hasta a los padres más pacientes.
Llanto. Como si nada le consolara, se sobreestimula con mucha facilidad y pasa en segundos de estar disfrutando tranquilo con un juguete a llorar a pleno pulmón.
Tensión corporal y actividad incontrola
da. Parece que está siempre alerta, esperando algo que nunca llega, moviéndose sin parar. Cuando le cogemos en brazos para calmarle se pone tenso como una cuerda. Nunca le vemos relajado o satisfecho.
Alimentación.
Parece que nunca queda totalmente saciado y tiene hambre a todas horas. Las tomas pueden convertirse en un infierno si no logramos las condiciones ideales de luz, sonido, ambiente...
Sueño.
Se despierta varias veces durante la noche y, durante el día apenas hace siestas (es como si no necesitara descansar). Además, necesita contacto físico constante, no puede estar en el carrito o en la cuna medio segundo.