Permisividad
Lo que sí sabemos es que la falta de límites claros tiene graves consecuencias en el desarrollo emocional de los niños. Alicia Banderas distingue entre dos estilos de padres permisivos:
Los permisivos-permisivos. Educan a sus hijos sin límites, no asumen la responsabilidad de tomar decisiones respecto a sus hijos. Es como si no estuvieran, son padres ausentes. Estos niños se sienten inseguros porque disponen de tanta autonomía que no son capaces de gestionarla, y perciben esa falta de límites como una falta de amor y cuidados. Tienden a ser autoritarios, con baja tolerancia a la frustración, caprichosos e irresponsables. También son muy demandantes e interesados, lo que hace que tengan poca capacidad para relacionarse con
sus iguales y que puedan terminar recurriendo a la violencia para imponerse, por ejemplo en el ámbito escolar.
Permisivos-sobreprotectores. Son esos niños con padres-helicóptero o padres-ambulancia, que les ofrecen ayuda antes de que la pidan y resuelven sus problemas por ellos. Esa madre que dice «Nos vamos del parque, que mañana tenemos un examen». Pero ¿ quién tiene el examen? Estos pequeños se frustran con facilidad y la vida se les queda grande. No tienen oportunidad de enfrentarse a auténticos retos y superarlos. Su éxito o su fracaso es, al final, de sus padres, que son quienes hacen realmente las cosas (por eso se toman tan mal las reuniones con los profesores por bajo rendimiento de sus hijos).
Unos y otros suelen tener dificultades para madurar, para situarse ante los límites de la vida, y normalmente son niños más dispersos, con problemas de concentración.