Autoritarismo
Padres autoritarios. La opción contraria, el autoritarismo al que algunos abogan por volver, tampoco es la solución. Los padres autoritarios tienen mucho miedo a lo imprevisible, sufren con el desorden y lo que escapa a su control. Penalizan el error y eso paraliza a sus hijos, que suelen tener baja autoestima, son sumisos, necesitan ser muy dirigidos… Las normas de estos padres no suelen tener en cuenta el ritmo o las necesidades de los niños. Estos pequeños tienden a ser obedientes ante la norma externa, pero pueden tener poco autocontrol y presentan altos niveles de ansiedad y culpa.