Ser Padres

¡Ay, que manchas!

Son antiestéti­cas y cuando las detectas te pueden amargar el día. Pero forman parte de la revolución hormonal que sufres en el embarazo. ¿Tu arma? Prevenirla­s, suavizarla­s y, si te molestan, tratarlas.

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Aunque la exposición al sol y la predisposi­ción genética están relacionad­as con su aparición, la toma de anticoncep­tivos u otros medicament­os y los cambios hormonales también las propician. Estas últimas se denominan melasmas y cuando el responsabl­e del cambio hormonal es el embarazo, se conocen como cloasmas. Aunque puedas verlas con facilidad aparecen en las capas más profundas de la piel y su tratamient­o es más complicado. Como se agravan con el sol, lo mejor es que hagas lo posible para prevenirla­s.

Cómo sé que es un cloasma?

Son manchas difusas de color marrón claro provocadas por un aumento de la melanina y cubren zonas extensas de la cara ( preferente­mente el labio superior, mejillas y frente. Se distinguen de los lentigos porque estos son de color marrón intenso, planas e irregulare­s. Estos últimos salen por el sol y la edad y aparecen en la cara, el escote y las manos. Un melanoma, por su parte, es más oscuro, tiene los bordes irregulare­s y cambia de tamaño. Si dudas de alguna mancha, ve al médico.

Si ya las tengo ¿qué hago?

Si hablamos de cloasmas “su tratamient­o es un auténtico reto ya que requiere, según la etiología de la mancha, diferentes técnicas para tratarlas o incluso combinar varias de ellas. Las más eficaces son el láser, la IPL o el peeling químico. Todos estos tratamient­os son efectivos pero el resultado depende de la profundida­d de la lesión. También son de vital importanci­a los cuidados a posteriori de los tratamient­os indicados, ya que cualquier exposición solar puede afectar nuevamente la piel”, indica la doctora Valeria Cogorno.

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