¡Mamá, me pica!
Si ves erupciones donde ayer no había, seguro que te llevas un buen susto... No te alarmes y controla su aspecto. Si tiene fiebre, ve al médico.
¿Por qué se irrita la piel del bebé? La piel del bebé es muy sensible y delicada
y está expuesta a constantes roces que pueden irritarla. Además, es mucho más fina que la de los adultos con lo que es más vulnerable a sufrir los cambios de temperatura, reacciones alérgicas a productos de higiene o a cualquier microorganismo. Por si fuera poco, los propios pliegues del cuerpo hacen que se acumule sudor, suciedad o restos de cremas. Esto favorece un ambiente idóneo para el crecimiento de gérmenes que pueden irritar su piel. En principio, una piel irritada no es sinónimo de enfermedad, pero sí debe vigilarse y tratar de aliviar el picor para que no esté incómodo. Si no responde a los tratamientos tópicos o vemos que empeora, hay que acudir al médico para que averigüe cuál es el origen de la irritación y cuál es el tratamiento más adecuado.
¿Qué tipo de irritaciones son las más frecuentes?
Las irritaciones más frecuentes son las que se producen en la zona del pañal. En concreto, en el área genital y los muslos. La propia orina, que se transforma en amoníaco por el efecto de las bacterias, o las heces, son las responsables de la aparición de sarpullidos o piel irritada. Por eso hay que mantener al bebé siempre con el pañal limpio y limpiarle y secarle con productos adecuados. Hay otros problemas que también causan erupciones. Por ejemplo, los cambios de temperatura (frío/calor), la exposición al sol, haber ingerido algún alimento que no le siente bien o, simplemente, haber sudado más de lo normal o llevar un a ropita recién estrenada.
Ve al médico si...
Si observas en tu bebé granitos o protuberancias, no te asustes porque, como decíamos, es muy habitual, sobre todo en los primeros meses de vida. Sin embargo, si vienen acompañadas de otros síntomas como fiebre, llanto, tos, o si su aspecto empeora y se extiende por todo el cuerpo, consúltalo con el médico. Algunas infecciones víricas también pueden provocarlas y deben tratarse con medicación. En ningún caso intentes automedicarle ni recurrir a remedios caseros a no ser que te lo diga tu pediatra. Tampoco es conveniente que utilices terapias alternativas sin consultarlo antes con el médico.