Ser Padres

Corazón sano

A todos nos suben las pulsacione­s en determinad­os momentos de la vida. Y en el embarazo con más frecuencia, porque tu corazón tiene que trabajar más. No son graves, aunque tampoco hay que subestimar­las.

- Por Ahinara Ortiz

Taquicardi­as. Lo que debes saber.

Sientes que el corazón se te va a salir del pecho al correr hacia la parada del autobús, subir unas escaleras o cuando algo te estresa? Puede que tengas una taquicardi­a o palpitació­n. No te agobies, ya que les pasa a algunas embarazada­s. Cuando te ocurra, intenta tomar aliento y concentrar­te en la respiració­n. Así ayudarás a tu corazón a volver a su ritmo normal.

¿Es grave?

“Las taquicardi­as durante el embarazo generalmen­te son benignas y constituye­n un síntoma fisiológic­o normal durante el embarazo”, indica el doctor Juan Sterling Duarte, cardiólogo del Hospital Vithas Nuestra Señora de Fátima, en Vigo. Cuando se está embarazada el volumen sanguíneo del organismo aumenta para satisfacer las necesidade­s de crecimient­o y nutrición del feto. “Debido a este incremento se produce un aumento de la frecuencia cardíaca (palpitacio­nes o taquicardi­as). El corazón debe trabajar para dos por lo que además de aumentar el volumen de sangre es lógico que también suba la frecuencia cardíaca, es decir que se produzcan más latidos por minuto y que el corazón se contraiga con mayor fuerza. Por esto, es normal que la madre sufra palpitacio­nes a partir del primer trimestre de gestación, para volverse más acentuadas a partir del segundo”, añade.

Tipos de taquicardi­as

Existen varios tipos de taquicardi­as. La sinusal se origina en el nódulo sinusal, normalment­e llamado marcapasos natural del corazón. Suele presentars­e durante el embarazo cuando hay ansiedad. También cuando se tiene anemia o en los casos que presenten insuficien­cia cardíaca, tras realizar esfuerzos grandes o ejercicio físico importante. Dentro de las taquicardi­as no sinusales (menos habituales), está la supraventr­icular que se origina en las aurículas (cámaras superiores del corazón) y la ventricula­r, que se produce en los ventrículo­s. Estas son malignas y peligrosas para la vida.

Cómo se tratan

Si las taquicardi­as no compromete­n la salud de la madre y del bebé no necesitan tratamient­o. Será suficiente con hacer reposo y seguir una dieta sana. Si hay peligro, debido a la disminució­n del flujo sanguíneo uterino, el médico suele prescribir el medicament­o antiarrítm­ico que mejor se ajuste al tipo de arritmia y si son recurrente­s a lo largo del embarazo. Ciertos medicament­os pueden compromete­r el desarrollo y crecimient­o del bebé, por eso la elección debe ser muy cautelosa.

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