Asi se hace
1 Acuerdo
Las normas deben ser consensuadas por la pareja y respetadas por ambos. También han de ser acordes a las circunstancias familiares y a la edad y capacidad del niño.
2 Claros y concretos
Los límites deben estar claramente especificados. El niño no puede adivinar qué esperamos de él si no se lo decimos tal cual. “El portarse bien es un concepto muy amplio, por lo que debemos ser muy claros y decirle qué conductas concretas esperamos de él”, dice Vidal.
3 Explicar por qué
Si el niño comprende la norma es más probable que la cumpla: “No muerdas a tu hermano porque eso le hará daño”.
4 Advertir sobre las consecuencias
El niño tiene que entender que es responsable de sus actos y que no cumplir una norma o saltarse un límite puede suponer la retirada de un privilegio o un castigo.
5 Firmeza
La norma se debe cumplir siempre, independientemente de lo cansados que estemos o de que no tengamos ganas ese día. Si se aplican unos días sí, pero otros se pasan por alto, el niño aprenderá que en determinadas circunstancias no es necesario que lo haga y será más fácil que intente resistirse.
6 Seguridad en el tono y el ‘no’
El tono utilizado debe ser seguro, sin gritos y rostro serio. Se puede ser algo flexibles en el modo de ejecución de la norma, pero nunca en si se ejecuta o no. Nunca hay que dar opción al no. Es indispensable que el adulto controle sus emociones. Hay que evitar perder el control.
7 Ofrecer alternativas
Que el niño pueda tener diferentes alternativas para cumplir la norma y que él elija la que prefiera le aporta cierto control y ayuda a evitar resistencias. “Es hora de ir a la cama, ¿qué cuento quieres que leamos hoy?”
8 Reprobar la conducta, nunca al niño
Explicarle que lo que estamos desaprobando es esa conducta, no a él. En vez de decirle “eres malo” debemos decirle “eso que has hecho está mal”.
9 Plantear las órdenes en positivo cuando sea posible
Las reciben mejor. Es siempre mejor decir “habla bajito” que “no chilles”.
10 Tener paciencia
Cuando se pone una norma o se establece un límite hay que dar un margen de tiempo para que el niño la acabe interiorizando. Necesita de cierto entrenamiento. Debemos ser un poco pacientes y recordársela, cuando sea necesario, hasta que la asuma.