“Marina necesita tomarse un turrón como cualquier otro niño”
Madre de Marina, 5 años. Niña con una doble intolerancia alimenticia.
Mi hija mediana, que ahora tiene 5 años, tiene una intolerancia alimentaria que le otorga un 75% de discapacidad. Además de celiaquía tiene una academia propiónica, una enfermedad que, básicamente, solo le permite comer 15 g de proteína al día, que es más o menos lo equivalente a un huevo mediano.
Tener un hijo que no puede saltarse en nada una dieta es muy limitante porque todo gira en torno a sus menús. Además, no puede comer fuera de casa sin que tengamos claro lo que va a tomar y por supuesto tampoco en el colegio, donde me dijeron que no están obligados a darla de comer, algo que me confirmó la Consejería de Educación de Cantabria.
Como única ayuda recibimos 153 € al mes, que se van en pocos días solo al comprar productos para celíacos. Soy muy consciente de que no podemos ir de vacaciones a un hotel porque no puedo cocinar para mi hija y vamos siempre con una mochila a cuestas con su comida. A veces te tachan de exagerada o piensan que esto es una discapacidad menor y echas de menos un poco de comprensión, pero en general la gente tiende a ser muy tolerante porque, además, creo que mi hija es la única niña en España con esta doble enfermedad. Con este panorama ante nosotros pienso que es absolutamente necesario que en todas las comunidades autónomas existan especialistas en tratar este tipo de enfermedades y lograr mayor variedad alimenticia porque, a fin de cuentas, son niños, y les gusta tomarse un turrón como a cualquier otro.