Vamos a pasarlo bien
Pegado a mamá
En los primeros días de vida el cuerpo de mamá es el lugar más seguro del mundo. Tumbada con el bebé sobre el pecho, con una mano cubriendo su cabeza y la otra al final de la espalda, la madre ofrece relajación al pequeño. Mamá lo acaricia y respira despacio. Mientras el bebé acompasa su respiración con la de mamá, escucha muy atento el sonido de su corazón y la huele. Los gestos más sencillos son, al comienzo de la vida, los más importantes.
Cajón de harina
Un cajoncito con harina de maíz nos da la oportunidad de recrear un arenero. Sentados uno frente a otro, le dejamos jugar con la harina: meter las manos, removerla, sacar un puñadito y hacerlo volar. En algún momento, y según su destreza, se pueden meter algunos de sus juguetes para que los encuentre. Más adelante le encantará tener pequeños botes cerca que llenar y vaciar.
Garabatos
Se pega un trozo grande de papel continuo en alguna pared de la casa, por ejemplo la de la cocina. Con unas ceras gruesas, pintamos juntos en el papel de la pared (se le ofrecen los colores uno a uno). Es importante no intentar dirigir sus trazos, dejarle experimentar. Podemos destinar ese rincón al de pintura. Si se deja claro que solo se pinta sobre el papel, pero no en la pared, el niño lo entiende perfectamente y aprenderá a respetar pequeñas normas.