Deseo sexual
Los cambios en el embarazo ocurren a nivel físico pero también emocional y estos afectan a la pareja, ¿cómo podemos mantener la atracción sexual durante la gestación?
¿Cómo afecta el embarazo al hombre?
Los cambios en el cuerpo, los vaivenes anímicos, los altibajos del deseo sexual, temores y ansiedad por el hecho de convertirse en padres… todo ello contribuye a que la dinámica en la pareja pueda transformarse durante el embarazo –y mucho más en el postparto. Además, el miedo de hacer daño al bebé provoca que muchos hombres prefieran no tener relaciones cuando la tripa de la madre empieza a ser muy notable.
Cambios desconcertantes
Hay veces que la pareja parece distanciarse porque de repente el hombre pasa a ver a la mujer como madre exclusivamente, y por eso le cuesta verla embarazada y sexy. Muchos tienen que hacer el esfuerzo de recordar cada día que ella sigue siendo la misma que antes, la mujer de la que se enamoraron. Un halago, un beso inesperado, un ramo de flores (obsequiado porque sí, en una fecha cualquiera) o preparar su cena favorita, ayudarán a mejorar la relación de pareja y mantener lo que teníais antes de estar esperando un niño.
El hombre puede sentirse angustiado por el peso de responsabilidad que le viene y bloquearse sexualmente
Acerca de el deseo
La sexualidad en el embarazo puede atravesar cambios entre trimestre y trimestre, y no todas las personas la viven de la misma manera. Hay hombres que se sienten erotizados a más no poder por la nueva figura redondeada y femenina de su pareja, así como hay otros que temen mantener relaciones sexuales pensando en que podrían dañar al bebé. También hay mujeres que experimentan una merma del deseo… ¡y otras a las que el embarazo pone más fogosas que nunca! Sea cual sea el caso, lo importante es hablarlo juntos, que la pareja sepa lo que nos está pasando, y encontrar un punto medio que nos satisfaga a ambos.
Amor más allá del sexo
Si por falta de deseo de uno u otro o por indicación médica durante el embarazo, la pareja necesita posponer los encuentros, existen maneras de seguir manteniendo intimidad y afecto en la relación que no necesariamente pasan por la genitalidad. Citas románticas, abrazos, caricias, besos, charlas íntimas, todo vale para seguir conectados el uno con el otro. Ya habrá tiempo para volver a hacer el amor, lo importante es mantener vivo el sentimiento mutuo.
El embarazo es un cambio muy grande en la vida, tanto para ti como para tu pareja
Durante el primer trimestre
Tu chico puede verse desplazado ante tu negativa a practicar sexo. En los primeros meses del embarazo, muchas mujeres lo evitan, simplemente porque la novedad les abruma. A esto se suman los típicos problemas del principio, como el cansancio y las náuseas. Y otras muchas no conciben los conceptos de embarazo y sexo juntos. Al menos en las primeras semanas, muchas mujeres tienen miedo de que el sexo pueda perjudicar el embarazo, que se encuentra todavía en un estado frágil. Aunque quizá no te diga nada, puede que esté deseando tener sexo. “No tengas miedo a mantener una conversación con él preguntándole cómo se siente y expresándole tus miedos. Es aconsejable que en vuestra visita al ginecólogo le preguntéis si podéis seguir teniendo relaciones como antes de quedarte embarazada. Os tranquilizará a los dos”, dice la sexóloga Carmen Raya (Psiconatural; www.carmenraya.com, de Granada). Recuerda que al principio de la gestación, los órganos de la pelvis están mejor irrigados, lo que es bueno para el deseo. Incluso muchas mujeres llegan más fácilmente al orgasmo. Y precisamente para las parejas a las que les ha costado un tiempo lograr el embarazo, el sexo ahora es más relajado. Si tu ginecólogo te dice que puedes practicar sexo con total tranquilidad, aprovecha en la primera etapa de la gestación, ¡puede convertirse en un momento de intenso placer!
Segundo trimestre
Los futuros papás sienten ahora que hay un tercero en la cama. A veces tienen la impresión de que ellas solo se preocupan del pequeño y ellos han quedado relegados a un segundo lugar. Y a menudo tienen miedo de hacer daño al bebé. Explícale que el tapón mucoso cierra la entrada al cuello del útero e impide que el semen pueda llegar hasta allí. Hacer el amor no puede dañar al bebé y tu tripita todavía es manejable para disfrutar del sexo sin sentirte algo patosa.
Tercer trimestre
A la mayoría de los hombres la tripa les parece erótica. A partir de la semana 30 será más difícil encontrar una postura en la que no se interponga la tripa:
La postura del misionero (el hombre encima de la mujer) puede resultar más difícil.
Suele ser más cómodo para la embarazada ponerse encima del hombre (sentada o tumbada) o que la penetración se haga desde atrás (esto es, tumbados con el hombre abrazando la espalda de la mujer o con ella a cuatro patas). En este último caso, la penetración puede ser más profunda, por lo que conviene ir más despacio. La cercanía corporal es especialmente importante durante el embarazo, lo que no significa que sea necesario siempre mantener relaciones sexuales. Las caricias, los masajes y los roces tiernos también cuentan.
Sobre todo, relajaros, las contracciones uterinas que se producen con el orgasmo son muy suaves y no pueden adelantar el parto. El sexo antes del parto es un buen método para calmar al bebé, porque relaja y genera buen humor.
Si no tenéis relaciones por contraindicación médica, intentad reforzar los abrazos, los besos, las caricias y los momentos a solas