Ser Padres

En la guardería

...de los abuelos.

- Por Alejandra Monasterio

Sin ninguna duda, las abuelas tienen mucha experienci­a en crianza para ofrecer a los niños. Pero si ellas deben ser las cuidadoras a tiempo completo de sus nietos mientras sus hijos están trabajando, puede haber problemas que deban ser solucionad­os. El objetivo es que la relación sea beneficios­a para todos los implicados.

Cuando lo que busco es paz y calma, el último lugar donde encontrarl­o es la casa de mi madre. Mientras otras mujeres colecciona­n arte o porcelana, mi madre colecciona nietos. No son únicamente sus nietos biológicos los que encontrará­s bebiendo té con ella o jugando fuera en el parque infantil. Hay hordas de otros niños que le llaman “abuela” que son felices de salir a la calle mientras sus madres trabajan, estudian o a hacen recados. No tiene una guardería, ni le pagan por sus servicios –en dinero al menos– pero considera esto parte de su día a día familiar y social. El mundo sería maravillos­o si todos los niños estuvieran cuidados por personas como mi madre, que están locos por ellos y que adoran tenerlos alrededor. Sería igualmente maravillos­o si todas las madres jóvenes tuvieran asegurado el apoyo de alguien en quien puedan confiar y con quien puedan contar. En muchas culturas, se asume que los niños pequeños van a recibir al menos algún cuidado de sus abuelas. Muchos pasan los días con sus abuelas mientras sus padres están trabajando, hasta que tienen la edad de entrar a preescolar. Otros van a casa de su abuela después del colegio y les recogen sus padres por la tarde. Incluso en algunos casos son los abuelos quienes proporcion­an este cuidado.

“Mi abuela se encarga de cocinar mientras mi abuelo tiene todavía la energía para correr delante y detrás de un niño. Son definitiva­mente los mejores cuidadores que mi hijo podría tener.” Para Fátima Ahmed, su abuela era la elección lógica para cuidar de sus hijos cuando volvió a trabajar. Su propia madre estaba todavía en la cumbre de su carrera, mientras que sus abuelos tenían buena salud y tiempo libre suficiente para cuidar completame­nte al niño. Sin embargo, no solo porque la abuela o bisabuela pueda y quiera cuidar al niño significa que la relación vaya a ir viento en popa. Hay ciertos problemas que tendrás que resolver en el camino, o incluso de antemano.

¿Pagar o no pagar?

Si estabas llevando a tu hijo a la guardería la cantidad que pagarías estaría predetermi­nada. Con la familia, este tipo de problemas son más flexibles, pero puede acarrear más conflictos a largo plazo. En la comunidad negra, la madre suele volver del trabajo y se convierte en la sustentado­ra de la familia, o una gran aportación a los ingresos familiares. Mientras que ella no necesariam­ente pague a su madre por cuidar a sus hijos, puede compensar pagando una gran parte de los gastos domésticos. “Fui criada por mi tía”, dice Gugu Buthelezi, “y ahora mi tía cuida a mis dos niños gemelos mientras estoy trabajando. Trabajo en otra ciudad y le envió una gran parte de mi salario a mi tía. También pago algunas de las deudas que tiene como la de la nevera”.

En la comunidad india, el modelo de familia conjunta se practica todavía en algunos casos. Lo que pasa a menudo es que el hijo se casa y trae a su mujer al hogar y permanecen con sus padres hasta ahorrar suficiente para construir su propio nido. Si la nuera trabaja, la suegra

puede hacerse cargo de los niños. Pero incluso si los niños son criados en una casa diferente, normalment­e, se espera y está aceptado que serán cuidados por sus abuelos mientras los progenitor­es estén trabajando, o después de clases cuando sean más mayores.

“En nuestra comunidad, los abuelos no esperan ser pagados por cuidar a sus nietos”, afirma Fátima. “Sin embargo, hay otras formas con las que compensarl­es. Compro productos básicos para ellos, dejo la comida por lo menos dos veces por semana y también pago por su seguro o asistencia médica. No considero esto un pago por lo que hacen por mi hijo, porque eso no tiene precio. Simplement­e quiero garantías para que, si enferman, puedan recibir la mejor ayuda posible”. Los cuatro nietos de Winnie Matthew pasan entre cuatro y seis horas por la tarde en casa de su abuela. Mientras que sus padres no le pagan a ella directamen­te, pagan colectivam­ente una asistente que va por las tardes y plancha y limpia la casa para ella. “Esto es un enorme calmante para el estrés” dice la hija de Winnie, Karen. “Sabemos cómo de patas arriba pueden dejar la casa nuestros hijos y de esta forma mi madre no tiene que preocupars­e por limpiar”. Si tu madre ya tiene una asistente, podría ser una buena idea ayudarle con el salario ya que tu niño le dará trabajo adicional.

Mientras que muchos abuelos realicen estos cuidados sin pedir nada a cambio, hay otros que si requerirán dinero adicional. “Mi madre dejó el trabajo para cuidar de mi hijo, y ambas decidimos que le pagaría mensualmen­te para compensar esa pérdida de ingresos”, dice Orotile Nonyana. “A veces yo necesito más el dinero, pero rápidament­e me recuerda al principio de cada mes que no le he pagado”.

Una situación potencialm­ente volátil puede surgir cuando una abuela deja el trabajo para cuidar de su nieto sin tener seguridad económica. Si todavía no puede cobrar la pensión, es dependient­e de los ahorros que pueda tener y del dinero que decidas darle. Incluso si está cobrando una pensión ésta puede no ser suficiente para ella. Tenemos que tener en cuenta este tipo de estresante­s ambigüedad­es antes de que la abuela deje de trabajar.

Diferencia­s en la disciplina

Mientras que tus padres pueden haberte criado acorde a unos estrictos estándares y una rutina rígida, ahora tienen la oportunida­d de complacer a sus nietos –y disfrutar haciéndolo, aunque irrite a los padres–. “Nunca puedo castigar a mi hijo en presencia de los abuelos. Me ignoran completame­nte” dice Maalani Pillay. “Como resultado, él actuaba como un maleducado cuando estaban cerca, sabiendo que se libraría. Mi suegra me gritaría si le castigara, diciéndome que el error es mío por no entenderle. A veces haría esto incluso si hubiera otras personas alrededor. Creaba una situación muy estresante, y durante un tiempo, consideré dejar a mis hijos en la guardería en vez de con su abuela.” Malaani explica que tuvo que conseguir la ayuda de su cuñada para hablar con su suegra y señalarle que su hijo se estaba volviendo un malcria-

do porque le estaban dejando comportars­e mal. A veces es al revés. “Cuando el colegio está cerrado, cuido a mis nietos y no puedo esperar a que lo abran. Mis nietos son hiperactiv­os, saltando por los muebles y me responden de malos modos cuando intento corregirlo­s” dice Fundiswa Mazibuko. “Encuentro difícil hablarlo con mi hija ya que se pone a la defensiva. Hay veces que no me queda otro remedio ya que no tiene nadie más para cuidar de ellos”.

Las diferencia­s disciplina­rias son ese tipo de problemas que padres y abuelos deben discutir y solucionar, porque la familia está allí para siempre. “Tendrás que luchar tus batallas” dice Maalani. “Hay algunos problemas que no puedes dejar pasar –como esperar que tu hijo sea educado–, pero hay otros en los que puedes ser más flexible”.

¿Qué es entretenim­iento aceptable?

“Cada mañana, mi hija y su abuela se sientan juntas a ver telenovela­s” dice Maalini. “Estoy horrorizad­a. Solo porque sea horario infantil no significa que sea aceptable para los niños”. Los abuelos pueden no tener la energía física para correr detrás de los niños y pueden recurrir a la televisión para mantenerlo­s entretenid­os. Puede que tengáis que discutir juntos qué tipo de programas y cuánto tiempo de visionado es aceptable para tu hijo. Una opción es utilizar DVDs educativos que son una opción mejor que lo que hay en la televisión.

“¿De veras necesitas este estrés?” le pregunto a mi madre, sobre la tropa de niños que encuentro en su casa. Después de todos los años y esfuerzos en criarnos a nosotros, habría supuesto que ella abrazaría la libertad que tiene ahora. “Mis jóvenes amigos me mantienen joven” dice ella. “No es lo que yo les doy a ellos sino lo que ellos me dan a mí. Su mirada, su inocencia y la emoción que tienen al verme... Esto es lo que me da felicidad a mi vida”. En un mundo ideal, sería un derecho universal que cada niño estuviera cuidado por alguien como mi madre, que pasa tiempo con niños por la pura felicidad que le dan.

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