¿Cómo afecta a tu embarazo?
Miramos lo que comemos, lo que caminamos, lo que bebemos... Pero no lo que respiramos. Y la contaminación, embarazada, puede traer problemas.
En las grandes ciudades y en zonas de alta contaminación, el aire que respiramos contiene una serie de sustancias que se han demostrado dañinas para la salud, y que comprenden principalmente partículas pequeñas derivadas de los combustibles fósiles, gases nocivos (como el SO2, NO2, CO2..) y ozono. La contaminación ambiental se refiere a la alta presencia de dichas sustancias nocivas en el aire y que puede afectar la respiración de cualquier persona y perjudicar su salud.
La mayoría de las mujeres que viven en áreas con niveles altos de contaminación (casi siempre común en las grandes ciudades) tienen bebés sanos. Pero protegerse de cierto tipo de contaminación ambiental durante el embarazo puede ayudar a que el riesgo para el bebé sea mínimo.
¿Riesgo para la madre?
“Las mujeres embarazadas son más susceptibles a los efectos adversos que provocan las sustancias nocivas de aire, y deben ser consideradas un grupo de riesgo, en especial las mujeres que sufren enfermedades preexistentes y las que tienen menos recursos económicos” explica a SER PADRES la doctora Elisa María Díaz de Terán, del Servicio de Ginecología del Hospital Universitario Sanitas La Zarzuela de Madrid.
Algunos estudios sugieren que las embarazadas expuestas a altos niveles de contaminación tendrían más riesgo de desarrollar “enfermedades hipertensivas relacionadas con el embarazo, parto prematuro, y recién nacidos de bajo peso”, añade. Hay que tomárselo en serio.
¿Riesgo para el bebé?
Existe una evidencia cada vez mayor del impacto adverso de la exposición prenatal a la polución atmosférica, “ya que el embarazo representa un momento crucial en el desarrollo biológico, lo que conlleva importantes secuelas a largo plazo”, explica la doctora.
Los efectos negativos debido a la polución durante el embarazo incluyen “el aumento de la mortalidad infantil, bajo peso al nacimiento, daño en el desarrollo pulmonar, aumento de las enfermedades respiratorias y alteraciones en el desarrollo del sistema inmune”, explica la ginecóloga. El aumento de la toxicidad puede dañar las células y aumentar el riesgo de padecer estrés oxidativo e inflamación. Como consecuencia “habría un menor flujo de sangre a la placenta, y la transferencia de nutrientes al feto se vería disminuida”, añade. En cualquier caso, la mayoría de los estudios de momento solo han logrado demostrar “un pequeño efecto negativo de los contaminantes aéreos, y son necesarios más estudios que confirmen y cuantifiquen estas asociaciones, así como los potenciales mecanismos responsables”.
Protegerse durante unos meses
¿Es posible protegerse contra la contaminación ambiental durante el embarazo? Si se vive en lugares donde la polución y la contaminación son altas, es difícil, pero se pueden hacer algunos cambios de vida.
- Hay varias aplicaciones que miden la salud ambiental del aire. Descargarse alguna y tomar el pulso al aire cada mañana es una buena forma de saber la calidad del aire del día. Hay que tener en cuenta que muchos de los medidores están en zonas verdes y de poco tráfico, así que es posible que siempre sea un poquito más alta de lo que marcan los datos oficiales de los ayuntamientos.
- Los días de alerta por contaminación, es mejor salir temprano por la mañana o después de la puesta del sol. También es conveniente que las caminatas o esfuerzos físicos sean algo menores de lo habitual. - Instalar filtros de aire que aíslen tu casa ligeramente las partículas contaminantes del exterior es una opción cada vez más extendida que deberías valorar, así como evitar la exposición continuada al aire acondicionado a fuentes altas de calor.
La alimentación ayuda
La ingesta de algunos alimentos también puede ayudar a que nuestro sistema respiratorio se vea fortalecido durante estos meses.
- Vitamina E: protege contra el daño celular y aumenta el suministro de oxígeno a las células y, por lo tanto, fortalece el sistema inmunológico. Los alimentos que más vitamina E poseen son las verduras de hoja verde, los cereales de grano entero, la yema de huevo, la mantequilla y los aceites vegetales.
- Alimentos ricos en vitamina C: ayudan a formar sustancias conectoras y fortalecen los vasos sanguíneos, ayudándote así a sanar más rápido. Las principales fuentes de vitamina C son la naranja, la fresa, el mango, el brócoli y la papaya. - Aumenta el selenio: protege al cuerpo contra el daño de los radicales libres que puede producir cáncer en el hígado y los pulmones. Está en los huevos, las cebollas, el ajo, los cereales de grano entero y el pescado.
- Alimentos ricos en vitamina A y beta-caroteno: ayudan en la formación y el mantenimiento de las membranas mucosas que recubren los con-
Un paseo por el campo alejada de la gran ciudad te aportará inmensos beneficios
ductos nasales y el tracto intestinal, haciéndolos más resistentes a las infecciones. Algunas fuentes buenas de esta vitamina son la mantequilla y la margarina, las zanahorias y el hígado.
Buscar el aire limpio
Los beneficios de ir en busca del aire limpio son muchos, más durante los meses de embarazo que no hay que dejar pasar por alto algo tan sencillo como respirar lo mejor posible. Un paseo por el campo o a través de una ruta verde alejada del centro de la ciudad... -Aumenta la oxigenación celular: al respirar aire puro el cuerpo absorbe oxígeno y favorece la oxigenación celular eliminando las toxinas del organismo.
-Reduce el estrés: respirar profundamente aire puro calma y relaja el sistema nervioso contribuyendo a un estado de bienestar general. -Aporta más vitalidad y crece la sensación de bienestar que permite la liberación de endorfinas, las conocidas como hormonas de la felicidad. - Reduce drásticamente el nivel de metales pesados que se respiran del aire.
- Mejora el rendimiento físico por la reducción de la contaminación en CO2.