Adapatción
Encuentra la forma de abordarlos correctamente con tus hijos; ya sean de residencia, colegio o etapas que viven o vivimos.
Así les explicarás bien los cambios y lograrás que los comprendan.
En nuestra vida sufrimos casi a diario vicisitudes que, en su mayoría, tenemos muy interiorizadas. Ejemplo de esto serían los cambios de estación del año, los de moda, las tiendas de nuestro barrio o los programas de televisión. Pero existen otros que, además de no haberlos experimentado nunca y no conocer lo que implican, llevan implícito que son importantes o trascendentales en nuestras vidas. Estos cambios serían los de inflexión, los que pueden afectar a nuestro interior y exterior o a nuestra familia; cambios que a veces son elegidos y otras veces no; o cambios que van a traer consecuencias asociadas que también nos afectan. Entre ellos destacan las separaciones, los cambios de colegio, los de residencia, los cambios en la familia con un nuevo hermanito o los propios de nuestros hijos.
Interioriza primero la situación como padre
Es importante, si se puede, que cuando un cambio vaya a afectar a toda la familia y podamos preverlo, hayamos hecho nuestro trabajo personal previamente. En el caso de una separación o divorcio, algo más frecuente cada día, una de las preocupaciones más comunes es cómo transmitirlo a los hijos, cuál será su reacción, etc. Para todo esto es importante haber dialogado, haberse puesto en el papel de pa
dres, haber pensado en cómo podemos comunicarlo conjuntamente y cómo podemos explicarlo de una manera que, más allá, no traiga consigo angustia adicional.
Ofrece seguridad
Uno de los aspectos que a veces nos confunden es sentir emociones que nos resulten incómodas. Esto va ligado a la inseguridad o a transmitir a nuestros hijos algo negativo. Y también al contrario: cuando hemos reconocido nuestras emociones y las hemos integrado como algo normal y acorde a la circunstancia, podremos transmitir seguridad, aunque nuestro estado sea de tristeza, de incertidumbre o de expectación.
Transmitir incertidumbre y emociones es saludable
A nuestros hijos también les gusta saber, y es sano, que nosotros somos humanos y que tenemos miedo o incertidumbre. Si esto se lo contamos con la calma y como algo natural, la familia aprenderá a identificar emociones que generalmente no queremos sentir y que nos dan miedo sentirlas.
Cuenta lo que va a suceder y cómo creemos que va a ser
Es importante, en el caso de cambios de residencia, de país o de colegio, que podamos anticipar un tiempo antes qué vamos a hacer, a dónde vamos a ir, dónde vamos a vivir, etc. Si podéis, es saludable hacer una visita al lugar, ver fotos, o ver la web del nuevo colegio y contarles cómo será su nueva rutina. Si es una separación, contar dónde van a vivir, cómo será la rutina, qué pasará con papá y mamá, y con ellos. Habrá que hacerles sentir y saber que ellos no son los responsables y que siempre los vamos a querer y a cuidar.
Observa el lado positivo a cada situación
Es importante que nosotros también lo veamos y así lo transmitamos a nuestros hijos. Y es que, cada situación, tiene un lado positivo. Esta mentalidad es muy inteligente y ayuda mucho a que cada vivencia la empiecen a ver como una experiencia de la que aprender y que es temporal. Ser el nuevo en el cole tendrá temporalidad, sentir que mi casa no es mi casa tendrá temporalidad, adaptarme a mudarme de casa de papá a mamá tendrá temporalidad…Y todo, al final, es temporal.
Sé realista y comprensivo con tu hijo
También es importante que adecuemos el lenguaje a la edad de nuestros hijos y que seamos realistas en el discurso. Hay veces que los cambios son el fallecimiento de alguien y puede suponer una gran pérdida, o a veces no esperarlo y sea un shock. En estos casos, es normal que tengamos muchas emociones. Sentir tristeza o desconcierto y tener durante un tiempo ganas de llorar o de no hacer nada forma parte del duelo. Por eso es importante transmitir a nuestros hijos que, aunque haya emociones que son difíciles de vivir, son necesarias sentirlas para superar algunas experiencias de la vida.