Bronquiolitis
¿Puede provocarla el coronavirus? ¿Cómo se detecta? ¿Cuándo acudir al médico? Resolvemos tus dudas.
Lo que debes saber.
Es una infección pulmonar común en niños pequeños y bebés, que causa inflamación y congestión en las pequeñas vías respiratorias (bronquiolos) del pulmón. La mayoría de ellas (del 70 al 80 %) las causa el virus sincicial respiratorio (VSR), que es típicamente estacional, con un pico de máxima incidencia entre los meses de noviembre y febrero. ¿Pero podría causarla también el virus SARS-CoV-2? Como apunta el doctor Enrique la Orden Izquierdo, jefe de Servicio de Pediatría del Hospital Universitario Infanta Elena de Valdemoro (Madrid), “durante la pandemia no se han descrito cuadros típicos de bronquiolitis, siendo lo más frecuente que el coronavirus curse de forma asíntomática o con síntomas gastrointestinales o respiratorios leves. En una minoría se ha dado neumonía intersticial, dificultad respiratoria aguda o síndromes de respuesta inflamatoria sistémica. El Estudio EPICO (Estudio epidemiológico de las infecciones respiratorias por el nuevo coronavirus en población pediátrica) puesto en marcha para describir la infección en el niño, arrojará más luz sobre cómo les afecta puesto que, entre otras cosas, no sabemos cómo se comportará en lactantes con bronquiolitis durante el brote estacional habitual”.
Síntomas
Como hemos dicho, el momento en que la bronquiolitis es más frecuente es durante los meses de invierno y suele estar causada por el virus VSR. “Comienza con síntomas similares a los de un resfriado común, presenta tos, sibilancia y a veces dificultad para respirar. Los síntomas pueden durar de varios días a semanas. La mayoría de los niños mejoran con los cuidados en casa y solo un pequeño porcentaje requiere hospitalización”, explican desde la Clínica Mayo.
Durante los primeros días, los signos de la bronquiolitis son similares a los de un resfriado: Catarro.
Congestión nasal.
Tos.
Fiebre leve (no siempre presente). Después de esto, durante una semana o más se puede presentar dificultad para respirar o un silbido cuando el niño exhala (sibilancia). Muchos bebés también tienen una infección de oído (otitis media).
Cuándo consultar al médico
Si te resulta difícil hacer que tu hijo coma o beba y su respiración se vuelve más rápida o dificultosa, llama al médico de tu hijo. Esto es especialmente importante si el pequeño
tiene menos de 12 semanas de vida o tiene otros factores de riesgo para la bronquiolitis: nació prematuro o tiene una afección cardiaca o pulmonar.
Acude a urgencias si notas en tu hijo los siguientes síntomas:
Sonidos de sibilancias audibles.
Si respira peor: cada vez más deprisa, se le marcan las costillas, mueve mucho el abdomen, se le hunde el pecho o deja de respirar durante unos segundos.
Si presenta mal estado general: irritable o adormilado.
Si se fatiga mucho con las tomas o casi no come ni quiere beber.
Si se pone morado o pálido.
Causas
La enfermedad se produce cuando un virus, generalmente el VSR, infecta los bronquiolos, que son las vías respiratorias más pequeñas de los pulmones. La infección hace que se hinchen y se inflamen. La mucosidad se acumula en estas vías respiratorias, lo que dificulta que el aire fluya libremente dentro y fuera de los pulmones. El virus se transmite a través de las gotitas en el aire cuando alguien que está enfermo tose, estornuda o habla (como cualquier virus). También se contagia al tocar objetos compartidos, utensilios, toallas o juguetes, y después tocarse los ojos, la nariz o la boca.
Factores de riesgo
Suele afectar a niños menores de 2 años. Los bebés menores de 3 meses de edad son los que corren mayor riesgo de contraerla porque sus pulmones y su sistema inmunitario aún no están completamente desarrollados. Otros factores que se relacionan con un mayor riesgo de bronquiolitis en los lactantes y con casos más graves incluyen:
Nacimiento prematuro.
Afección cardiaca o pulmonar subyacente. Sistema inmunitario deprimido. Exposición al humo del tabaco.
No haber sido amamantado (la leche materna aporta beneficios inmunes de la madre). Estar en contacto con muchos niños. Pasar el tiempo en ambientes concurridos. Tener hermanos que asisten a la escuela y que puedan traer a casa la infección.
Complicaciones
El agravamiento de la bronquiolitis puede incluir:
Labios o piel azulada (cianosis), causada por la falta de oxígeno.
Pausas en la respiración (apnea), que es más probable que ocurra en los bebés prematuros y en los bebés dentro de los dos primeros meses de vida.
Deshidratación.
Bajos niveles de oxígeno e insuficiencia respiratoria.
Si esto ocurre, es posible que tu hijo tenga que ingresar en el hospital. Si tu bebé nació prematuro tiene una afección cardiaca o pulmonar o un sistema inmunitario deprimido, observa atentamente los primeros síntomas. La infección puede empeorar con rapidez.
Cómo prevenirla
Debido a que los virus que la causan se propagan de una persona a otra, una de las mejores maneras de prevenirla es lavarse las manos con frecuencia, especialmente antes de tocar a tu bebé cuando tiene un resfriado u otro transtorno respiratorio. Utilizar una mascarilla facial en este momento también es apropiado.
Para evitar que se propague a otros, no saques a tu hijo de casa cuando esté enfermo. En resumen, las medidas de prevención son las mismas que estamos tomando actualmente para hacer frente a la COVID-19:
Limitar el contacto con personas que tengan fiebre o resfriado. Si tu hijo es un recién nacido, especialmente un recién nacido prematuro, evita la exposición a personas con resfriados, especialmente en los dos primeros meses de vida.
Limpiar y desinfectar las superficies. Limpia y desinfecta las superficies y objetos que las personas tocan con frecuencia, como los juguetes y los pomos de las puertas. Esto es especialmente importante si un miembro de la familia está enfermo.
Cubrir la tos y los estornudos. Tápate la boca y la nariz con un pañuelo desechable y tíralo o tose en el codo. Lávate las manos y utiliza gel hidroalcohólico.
La bronquiolitis es la infección respiratoria más frecuente en niños menores de 1 año y supone el 18 % de los ingresos pediátricos
Utilizar tu propio vaso. No compartas el menaje con otros, especialmente si alguien de tu familia está enfermo.
Lavado de manos frecuente. Las tuyas y las de tu hijo. Ten a mano un desinfectante de manos a base de alcohol para los dos cuando estéis fuera de casa.
Optar por la lactancia materna. Las infecciones respiratorias son significativamente menos comunes en los bebés amamantados.
Así le ayudas
Aunque no sea posible acortar la duración de la enfermedad, puedes hacer que esté más cómodo. La Clínica Mayo ofrece los siguientes consejos:
Humidifica el aire. Si el aire de la habitación de tu hijo está seco, un humidificador o vaporizador de niebla fría puede humedecer el aire y ayudar a aliviar la congestión y la tos. Asegúrate de mantener el aparato bien limpio para evitar la proliferación de bacterias y moho.
Mantén a tu hijo en posición vertical. Estar en esta posición suele facilitar la respiración.
Haz que beba líquidos. Para evitar la deshidratación, dale muchos líquidos claros para beber, como agua o zumo. Es posible que beba más despacio de lo habitual, debido a la congestión. Con frecuencia ofrécele pequeñas cantidades de líquido.
Prueba con agua de mar de nebulización fina para aliviar la congestión. Estas soluciones se venden en farmacias y son eficaces y seguras.
Ten en cuenta los analgésicos. Para el tratamiento de la fiebre o el dolor, pregúntale al médico sobre la posibilidad de administrarle al niño analgésicos y medicamentos para la fiebre como el paracetamol o el ibuprofeno.
Mantén un ambiente libre de humo. El humo puede empeorar los síntomas de las infecciones respiratorias. Si un familiar fuma, pídele que lo haga fuera de la casa y del coche.
¿Qué virus tendrá?
Existe un tipo de análisis PCR que es capaz de detectar en 45 minutos el SARS-CoV-2, la gripe, el virus sincitial respiratorio (que produce la bronquiolitis) y hasta 23 patógenos respiratorios en una prueba. Esta puede ser muy útil cuando en invierno se junten dos posibles epidemias: la del coronavirus y la gripe. “Saber si el paciente tiene COVID-19, gripe u otro microorganismo respiratorio es crítico actualmente”, comenta Juan Blanco, responsable de la línea de BioFire en bioMérieux.
Según la Asociación Española de Pediatría, casi un 75 % de los niños la contrae el primer año