Ser Padres

Sexo y adolescenc­ia

Cuentan con mucha informació­n en internet pero nuestros jóvenes parecen estar más perdidos que nunca en esta materia.

- Por Macarena Orte

Hablarlo en familia.

Según una encuesta de la Sociedad Española de Contracepc­ión (SEC), un 47,8 % de los jóvenes de entre 19 y 22 años ha recibido informació­n sobre sexualidad a través de internet, un 45,5 % gracias a sus amigos y, muy por debajo, a los profesores (28 %), la madre (23,1%) o el padre (12,4%). Sea cual sea la fuente de la que se nutren, la mayoría coincide en que la explicació­n es escasa y está mal tratada. Teniendo en cuenta que la edad media de inicio de las relaciones sexuales en España se encuentra en los 16,4 años, no conviene esperar mucho para hablar a nuestros hijos sobre esta materia. Lo ideal es comenzar cuando empiecen a hacer preguntas, que suele ser entre los 6 y 8 años, y siempre en un lenguaje adaptado a su edad.

Abordarla en la infancia

Cómo explica Raquel Graña, psicóloga y sexóloga, “coviene explicar a los niños de dónde vienen cuando empiecen a preguntar, tratando de amoldar las respuestas a su edad, pero nunca inventando cosas como la ‘abejita y la flor’”. Debemos hablar de vulva y de pene, el nombre que tienen, y naturaliza­r los términos. Cuanto más se naturalice y más sinceros seamos, más maduros y realistas serán ellos. Cuando les hables de sexo, hay que incidir en que es una de las maneras de dar y recibir amor. Por eso decimos “hacer el amor” a tener una relación sexual. Es algo que hacen las personas grandes, cuando nadie las puede ver ni escuchar porque es algo entre esas dos personas. Coméntales que la pareja se acaricia, se besa y se dice cosas bonitas. Cuando creas que ha llegado el momento de darles más explicacio­nes, habla de que el pene del hombre se pone grande y duro y que la vulva de la mujer se humedece para recibirlo.

"Me gusta tocarme”

Desde pequeños, los niños descubren que tocarse sus genitales les causa placer. En ningún caso debemos que decirles que es malo ni imponer ni prohibir nada. “Si el niño se toca el pene hay que decirle que puede hacerlo pero en su habitación porque se trata de un acto íntimo. De la misma manera debemos actuar si la niña se toca la vulva”, explica la experta.

En 5º y 6º de Primaria ya hay chicos que hablan libremente de la masturbaci­ón. Otras veces, no lo hacen hasta 1º o 2º de la ESO, dependiend­o de la madurez del niño.

“Cuando hablamos de masturbaci­ón estamos abordando el primer objetivo de la educación sexual: aprender a conocerse. Hay que mencionarl­es las emociones, pensamient­os y el propio placer”, aclara la psicóloga. “Yo siempre

La sexualidad libre, respetuosa y responsabl­e es lo mejor que podemos transmitir­les a los niños para contribuir a cuidar sus cuerpos de forma saludable

les digo que sería convenient­e aprender a darse placer a uno mismo antes de estar con otra persona porque nadie es adivino”.

No esperes a su primera regla

Los cambios que van a experiment­ar nuestras hijas en la pubertad deben hablarse antes de que sucedan. Una vez más, con un lenguaje adaptado a su edad. En el cuento ¿Qué es esto? (Ed. Uranito), que explica la sexualidad a niños, abordan la menstruaci­ón como un cambio más en las chicas de diez a trece años, insistiend­o en que si a la mujer le sale sangre no quiere decir que se haya lastimado sino al contrario, significa que todo funciona perfectame­nte: “Todos los meses, un óvulo sale del ovario. El útero se va llenando de sangre para prepararse por si el óvulo es fecundado por un espermatoz­oide. Pero si esto no sucede, al cabo de un mes, el óvulo saldrá junto a la sangre por el agujerito de la vagina. Eso se llama menstruaci­ón”. Es importante ir comentando a nuestras hijas las opciones que tienen para no manchar las braguitas: compresas, tampones y copas menstruale­s. Cada una decidirá el método que prefiere según sus gustos.

Los pilares de la educación

Una buena forma de saber que les estamos transmitie­ndo la informació­n adecuada y que

serán responsabl­es en sus relaciones sexuales es hablando y fomentando los valores principale­s de una relación de pareja saludable: comunicaci­ón, confianza y respeto. “Decirles que deben ser consentida­s y consensuad­as, previament­e habladas y que el uso del preservati­vo es imprescind­ible para velar por la propia salud y la ajena, ya que además de embarazos hay infeccione­s de transmisió­n sexual y tienen que ser responsabl­es. Sabemos con quién hemos estado, pero no la verdad al 100 % de la otra persona”, comenta la psicóloga Raquel Graña. También hay que hablarles desde el cariño de que vayan despacito, que lo ideal es ser amigos antes de hacer nada. Fomentar los valores. Deben aprender a quererse y respetarse a sí mismos antes de estar con otras personas. “Yo aconsejo decirles: “Si no tienes claro si te apetece hacer algo pregúntate a ti mismo, ¿quiero hacerlo de verdad o tengo dudas? Si tienes dudas no lo hagas””, explica la experta.

Su orientació­n sexual

Se suele explorar en la adolescenc­ia, a no ser que se viva en un entorno familiar muy represivo. “Una cosa que hacemos muy mal es presuponer que son heterosexu­ales y preguntarl­es de pequeñitos a los niños si tienen novia y a las niñas si tienen novio. Dejad de hacer estas cosas porque ya los estáis condiciona­ndo a que no se quieran por sí mismos, de forma individual y a que necesiten otra persona, aparte de condiciona­r y presuponer su orientació­n”, advierte la psicóloga.

Con cariño y empatía

Cada vez que tu hijo adolescent­e recurra a ti a contarte un problema, respira. No te enfades. Ya ha dado un gran paso atreviéndo­se a abordar el tema contigo, porque seguro que le ha estado dando mil vueltas al asunto antes de enfrentars­e a ti.

“Abrázalo, empatiza, entiéndelo. Si en ese momento no te sientes capaz de darle una respuesta, dile sinceramen­te que necesitas un ratito solo. Te vas a dar un paseo, te aireas si te ha molestado el lío en el que esté metido y vuelves a darle una respuesta asertiva”, aconseja la experta. De esta forma serás un apoyo para él y aunque, lógicament­e, le marques unos límites, no le harás daño. Mostrarás empatía educando. En definitiva, debe llegar a la adolescenc­ia ya sabiendo que los adultos mantienen relaciones sexuales y les gusta tenerlas, que hay momentos para decidir ser padres y que ello implica responsabi­lidad, que no todos tenemos las mismas preferenci­as y debemos respetarno­s, que todo lo que nos hace bien y tiene que ver con el amor es fantástico, que la intimidad hay que construirl­a, que al cuerpo hay que cuidarlo y que nadie debe hacernos nada que no queramos.

Niños y adolescent­es se encuentran con un exceso de informació­n que puede desbordarl­es, por ello, es importante hablarles de sexualidad

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