Ya come de todo
A partir de los seis meses se debe introducir la alimentación complementaria, para que al año ya se haya adaptado a lo que come la familia.
La leche materna seguirá siendo la principal fuente nutritiva de nuestro bebé durante todo el primer año de vida. Sin embargo, a partir de los seis meses de edad debemos complementarla con otros alimentos.
¿Por cuál empiezo?
Como explica la doctora Cristina Serrano Loredo, del Servicio de Pediatría del Hospital Universitario Sanitas La Zarzuela de Madrid, “no hay razones que justifiquen un orden concreto en el que deben incluirse en la dieta. Dependerá de motivos culturales, tradiciones locales o preferencias personales”. Eso sí, la introducción de alimentos debe hacerse de forma progresiva: en nuestra cultura solemos iniciar la alimentación complementaria con purés de verduras con carne, a los que es bueno añadir una cucharada de aceite de oliva virgen extra.
Lácteos y gluten
El yogur natural o el queso fresco puedes ofrecérselo a tu bebé a partir del sexto mes. Respecto a la leche de vaca, es mejor que esperes a que cumpla un año para dársela.
¿Y el gluten? “Se recomienda introducirlo en torno a los seis meses, en pequeñas cantidades, a poder ser coincidiendo con el período de lactancia materna. Nunca antes de los cuatro ni después de los siete meses”, advierte la experta. Contienen gluten el trigo, la avena, la cebada y el centeno. Las papillas de cereales son una excelente forma para introducírselo.
Pescado y huevo
Se suele comenzar por el pescado blanco porque es más digestivo.
El huevo es una fuente importante de proteínas, ácidos grasos esenciales, vitaminas y hierro. Se recomienda ofrecerlo bien cocinado, inicialmente, la yema, y posteriormente, la clara. Es importante que no retrases la introducción de alimentos considerados alergénicos: huevo, pescado, frutos secos y frutas como melocotón, kiwi o fresa.