Vuelta al cole
En la nueva realidad.
Las familias de todo el mundo se preparan para una vuelta al cole insólita e imprevisible. Tanto como la pandemia generada por la COVID-19, que echó el cierre en marzo a los centros escolares de todo el país. Aunque resulta imposible predecir con total certeza la situación epidemiológica en las primeras semanas de septiembre, la evidencia científica ha madurado en estos meses y asigna un papel diferente a los niños en la difusión del virus, cuestionando hasta cierto punto la efectividad real de esa medida que puso la vida patas arriba de niños y padres.
Un artículo publicado por investigadores de la Universidad de Southampton, en Reino Unido, refuerza una idea esencial: se ha demostrado que los niños no son supercontagiadores del nuevo coronavirus.
Sus autores recuerdan que inicialmente se pensó que, al igual que sucede con la gripe, ellos eran los principales impulsores de la transmisión del SARS-CoV-2 en el hogar, alimentando la transmisión comunitaria del virus y poniendo en riesgo a las personas mayores.
En la actualidad, remarcan, en sintonía con otras entidades como la Asociación Española de Pediatría, que los menores no tienen este papel. Además, insisten en otra idea: la COVID-19 grave en esta edad es rara, como muchas otras infecciones en niños que no provocan el cierre de
Es muy importante transmitirle a los niños que la vuelta al cole será diferente a la de otros años
las escuelas. Los investigadores sugieren que son los médicos quienes han de realizar evaluaciones individualizadas y asesorar a los padres de los pequeños con mayor riesgo por otras enfermedades, o en las familias en las que haya otros miembros con situaciones especiales. A las puertas de esa vuelta al cole, ya sea física o virtual, resulta imprescindible preparar a los niños en casa. Después de estos meses de convivencia con el virus, María García-Onieva, secretaria de la Asociación Española de Pediatría (AEP), remarca que los pequeños ya han interiorizado las normas de higiene y distanciamiento social. No está de más repasar con ellos a modo de juego que un buen lavado de manos lleva su tiempo. Más o menos el de su canción favorita, con 20 segundos de enjabonado, aclarado y su posterior secado.
En esta nueva etapa, los padres han de ser muy estrictos y evitar mandar a sus hijos al colegio ante el menor síntoma respiratorio. “Habrá que explicarles, con antelación y con calma, que la vuelta no debe suponer un riesgo para ellos siempre que respeten las normas que centro imponga. Los padres tienen que ser conscientes de sus miedos y controlarlos para poder transmitir la suficiente tranquilidad a sus hijos”, advierte la experta.
Normalidad anormal
Por su parte, Celso Arango, presidente de la Sociedad Española de Psiquiatría, insiste en que es muy importante transmitir a los niños que no va a haber normalidad en esta vuelta al cole. “El contacto con los compañeros, los juegos, las actividades extraescolares, etc., se verán afectados hasta que tengamos una vacuna, que no llegará hasta el año que viene”, explica el especialista. Por todo ello, es importante no generar falsas expectativas que lleven a la frustración cuando se enfrenten a la realidad. El psiquiatra cita un análisis sistemático publicado en The Lancet que refleja que uno de los mejores factores para disminuir las consecuencias de los cambios drásticos es la transparencia y la información objetiva sobre la nueva situación.
Por otra parte, será preciso reforzar los apoyos para los niños con problemas de relaciones sociales o de acoso escolar, que han mejorado en esta etapa lejos de la escuela.
Dificultades para la conciliación
Para José Antonio Luengo, secretario de la Junta de Gobierno del Colegio de la Psicología de Madrid, el mes de septiembre será uno de los más complicados en el camino a la nueva normalidad: “Hay muchas incertidumbres y los recursos de marzo hasta junio, con muchas familias teletrabajando, puede que ya no estén disponibles. Con la dificultad añadida de que los abuelos no han de estar en primera línea en el cuidado de los niños durante un tiempo”. Luengo propone jugar con ellos para que imaginen cómo será el día a día en la escuela, con herramientas en la línea de las que se utilizaron en la etapa de desconfinamiento.