La opinión del experto
Las situaciones de crisis tienden a hacer más evidente lo que está en modo latente o subconsciente, lo que funciona y lo que no. En el caso del confinamiento hemos podido ver que, en su mayoría, vuelve a ser la madre la que hace los ajustes necesarios y toma el mando de las necesidades extras que han surgido en relación a los hijos y la casa.
Ahora bien, esta respuesta reactiva, que se activa tanto en la mujer como en el hombre, tanto en la familia como en la empresa, nos permite ver los posibles roles y modos limitadores que tenemos de base y nos ofrece la oportunidad de revisarlos y, si así lo elegimos, de cambiarlos. Es, por lo tanto, un momento que requiere honestidad con una misma para ver cuál es tu parte de responsabilidad en lo que ocurre en tu vida. Dale sentido a lo que haces, las actividades cotidianas pueden ser tan mundanas o tan importantes como tú quieras hacerlas. Pon límites y pide ayuda como forma de fortalecer tu familia y tus relaciones. Deja atrás el “tengo que poder con todo” y pasa a valorar quién eres en vez de lo que haces. Cambia la función de gestora de la familia por otros modos de colaboración.
Tu amor, alegría, compresión, humor, creatividad es igual de valioso que tu capacidad de anticipar, de organizar, de solucionar. Céntrate en la satisfacción que da el contribuir positivamente a la vida de otras personas, especialmente de tus seres queridos, en vez de en la obligación de tener que hacer. Puedes vivir el ser mujer como una carga o como un regalo maravilloso si gestionas bien tu vida.