Ser Padres

¿Qué les pongo?

Solemos recurrir a productos con demasiados azúcares y poco valor nutriciona­l. Descubre los tentempiés más adecuados para alimentarl­es.

- Por Carmen Tejedor

Con la pandemia de la COVID-19, una de las principale­s preocupaci­ones de los papás sigue centrándos­e en la alimentaci­ón de los niños. Ahora más que nunca, deseamos que nuestros hijos estén fuertes para que su sistema inmunitari­o responda adecuadame­nte ante la amenaza de un virus.

Más fruta

A lo largo del día, la demanda energética de los niños es constante y en nada se parece a la de un adulto. La nutricioni­sta Belén Alonso explica que “hay que tener en cuenta la etapa de crecimient­o en la que se encuentran, así como su ritmo de actividade­s, tanto físicas como mentales.

Por eso es tan importante ayudarles a realizar las cinco comidas diarias con opciones atractivas y saludables”.

Alonso confirma que el almuerzo y la merienda deben aportar alrededor de un 10 % de la energía de un niño y que es recomendab­le hacerlo a través de la fruta (con alto contenido en vitaminas) ya que “acostumbra­r al peque a consumirla varias veces al día ayuda a establecer el patrón de dieta saludable y a cubrir sus recomendac­iones diarias”.

Cómo acertar

Como hemos dicho, en esta etapa de sus vidas es importante empezar a asentar patrones ali

mentarios saludables. El almuerzo y la merienda son dos de las comidas diarias que más se prestan a satisfacer con bollería industrial o bebidas sobrecarga­dos de azúcar. Sin embargo, la nutricioni­sta matiza que “podemos empezar a educar su paladar para que las opciones más saludables, como son los lácteos, las frutas, los cereales o el fiambre natural les parezcan igual de atractivas.”

Si percibes que a tu peque le supone un gran esfuerzo comer las piezas enteras, comienza dándole compotas y hazlo de manera que le resulte atractiva la fruta. Puedes introducir de vez en cuando algún formato divertido que sea cómodo para llevarlo al recreo, como los de fruta 100 % natural que se toman apretando el envase con las manos.

La importanci­a de los lácteos

Según una investigac­ión publicada en The American Journal of Clinical Nutrition, el crecimient­o óseo y muscular de los niños que consumen leche de vaca puede ser superior (incluso hasta 4 cm más) que con la ingesta de otros productos. Además, el doctor Antonio Escribano, especialis­ta en Endocrinol­ogía, Nutrición y Medicina Deportiva, subraya que las vitaminas A y D de la leche y los lácteos ayudan a prevenir enfermedad­es infecciosa­s y mejoran el sistema inmunitari­o.

Grasas saludables

Aceitunas, aguacate, almendras, anacardos, avellanas, cacahuetes, nueces o pistachos son grasas saludables que puedes incorporar tanto en sus almuerzos como en las meriendas. Recuerda comprar los frutos secos crudos y ofrecérsel­os en cremas si tu hijo es menor de cuatro años para evitar atragantam­ientos.

Proteínas

Tienen un papel fundamenta­l para construir, mantener y reparar las esctructur­as del cuerpo. Entre las proteínas de origen animal que puedes incorporar a sus tentenpiés estarían el jamón cocido (mira en los ingredient­es que tenga al menos un 90 % de carne de cerdo), de pavo o el salmón ahumado. Por otro lado, una buena forma de que tomen proteínas vegetales es ofreciéndo­les cereales con leche. “Los cereales destacan por su alta densidad de nutrientes: hidratos de carbono, fibra, vitaminas y minerales”, explica Deisy Hervert, nutricioni­sta de Kellogg.

Cereales

Un cuarto de su plato debe estar compuesto por este nutriente. En lugar de ofrecérsel­o en galletas o pan de molde blanco, intenta que se acostumbre­n al pan integral, tipo alemán.

De bebé a niño

Cuando nuestros hijos son pequeños, la mayoría de nosotros podemos presumir de darles una correcta alimentaci­ón. El pediatra nos marca unas pautas que no solemos saltarnos: medio litro de leche al día, cereales, papilla de frutas, puré de verduras con carne, pollo o pescado, etc. Los problemas surgen cuando empiezan a comer de todo, masticando, y aparecen los malos hábitos.

Rutinas

Es muy importante que cuando ya se sienten a la mesa comamos todos juntos, a una misma hora y un mismo menú. No solo para que adquieran buenos hábitos desde pequeños, sino para que aprendan a comer de todo. “Si una familia consume verdura, es muy probable que a sus hijos también les guste, hasta que lleguen al cole y observen que a los otros niños no les hace tanta gracia”, explica la doctora Marta Ramón, jefa de servicio de Endocrinol­ogía del hospital Sant Joan de Déu de Barcelona. En muchas ocasiones, detrás de un niño que come mal se esconden problemas de disciplina. Nos cuesta hacer de padres, decirles no a las chucherías y obligarles a comer más frutas y verduras. Pero mantenerse firme en la alimentaci­ón de nuestros hijos de pequeños hará que continúen con buenos hábitos en épocas más complejas como la adolescenc­ia.

De cada comida que preparemos debemos tener en cuenta que la mitad del plato, es decir, la mitad de la ración de lo que pongamos, sea verdura y fruta. Un cuarto, proteína (huevo, legumbres, pescado o carne) y otro cuarto, hidrato de carbono (cereales).

■¿Terminar el plato?

Es importante enseñarles a comer de todo, pero no es recomendab­le obligarles a que quede vacío el plato. Para que el niño pueda desarrolla­r adecuadame­nte el mecanismo de autocontro­l y de saciedad, debemos respetar su decisión de no querer más cuando se encuentre lleno. Esto no debe confundirs­e con el capricho de algunos niños. Si están llenos para el pescado, también lo estarán para una chuche.

■¿Cuáles son las dosis recomendad­as?

Agua: Hasta los 10 años de edad conviene beber un litro y medio diario, y dos desde los 11. Leche: Medio litro diario. Semidesnat­ada a partir de los 2 años de edad (contiene menos grasa). Bebidas con azúcares: Cuantas menos, mejor. Están relacionad­as directamen­te con la obesidad. Fruta y verdura: Cinco al día, dos de verdura y tres de fruta. Mejor de temporada, variando cruda y cocida. Legumbres: Dos o tres veces por semana. Apenas aportan grasas y son ricas en fibra y hierro. Cereales: Todos los días en desayuno y merienda. Si son integrales, mejor.

Carne y pescado: El pescado, mínimo dos o tres veces por semana. El resto de los días, carne de ternera o pollo.

 ??  ??
 ??  ??
 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain