Aumentan los casos.
Evitar que este defecto de refracción llegue prematuramente a los ojos de nuestros hijos es posible: reduciendo el tiempo que pasan frente a las pantallas y favoreciendo el juego al aire libre.
Los estudios apuntan a que la exposición a las pantallas por parte de niños menores de 8 años provoca miopes prematuros y, además, no son del todo recomendables para su salud y desarrollo visual. También, hay que tener en cuenta que sus beneficios como herramienta de aprendizaje se han exagerado y que los riesgos de adicción y obstaculización del desarrollo son altos. Por ello, muchos padres quieren volver a los métodos tradicionales de enseñanza y a los juegos que no requieran el uso de la tecnología.
Estudios que lo avalan
El optometrista Donald Mutti, del Colegio de Optometría de la Universidad Estatal de Ohio, llevó a cabo una investigación en la que durante cinco años estudió los hábitos de un grupo de más de 500 niños de 8 y 9 años de edad con visión sana. Al concluir el estudio, uno de cada cinco niños había desarrollado miopía. Destacó como uno de los factores ambientales que les había afectado el que pasaran cada vez menos horas al aire libre. En la misma línea se manifestó el investigador especializado en miopía Ian Morgan, de la Universidad Nacional de Australia. Morgan estimó que los niños necesitan pasar alrededor de tres horas por día bajo niveles de luz de al menos 10.000 lux para estar protegidos contra la miopía, una cantidad de luz similar a la que recibiríamos permaneciendo bajo la sombra de un árbol un día de verano. Algo difícil de igualar en un interior: un aula bien iluminada no supera los 500 lux.
Las pantallas
“Somos conscientes de que reducir a cero el consumo de este tipo de
El 19 % de los niños españoles de entre 5 y 7 años tiene miopía
dispositivos en pleno siglo XXI es prácticamente imposible, pero sí podemos educar y ayudar a divulgar cuáles son las consecuencias de esta sobreexposición”, explica Jorge Rubio, CEO de CECOP, comunidad del sector óptico con 4.500 ópticos asociados.
El 5 % de los niños de entre 5 y 7 años tiene un smartphone y el 42 % una tablet propia, algo que, inevitablemente, afecta a su estilo de vida. En este contexto, el Grupo de Investigación en Visión de la Universidad Europea ha llevado a cabo un estudio donde analizan la relación entre la miopía, el uso de pantallas y las actividades al aire libre en los más pequeños. En él demostraron que las actividades a corta distancia visual y el uso de dispositivos electrónicos están directamente relacionados con la miopía en los niños de 7 años, quienes pasan hasta 1,5 horas al día haciendo uso de ordenadores, tablets o teléfonos móviles. Otro de los resultados de este estudio está relacionado con las actividades al aire libre: los niños que pasan más tiempo en la calle son menos propensos a padecerla. Aunque todavía se desconoce el mecanismo de acción concreto, las últimas investigaciones en este campo lo atribuyen al efecto protector de los rayos ultravioleta o de la dopamina en la retina.
Señales de alarma
Tener una buena salud ocular es esencial para los niños en las aulas. “Es necesario que el alumno vea correctamente para aprender a leer, para ver bien la pizarra y al profesor cuando explica, para desarrollar la escritura… pero, además, el sentido de la vista ayuda al desarrollo de la psicomotricidad fina y a mejorar la coordinación ojo-mano”, explica el doctor Emilio Dorronzoro, jefe de Oftalmología del Hospital Universitario Sanitas La Moraleja.
Existen ciertos comportamientos que pueden servir de alerta para saber si un niño tiene problemas de visión:
- Entrecierra los ojos o los guiña cuando tiene que levantar la vista hacia la pizarra o atender a las explicaciones del profesor.
- Se queja de dolores de cabeza o visión borrosa, sobre todo al final de la jornada escolar o a la hora de hacer los deberes.
- Tiene demasiada sensibilidad a la luz y le cuesta adaptar la visión en los ambientes oscuros. - Se sienta demasiado cerca de la televisión. - Parpadea con demasiada frecuencia y le lloran los ojos.
- No enfoca la vista de manera precisa hacia lo que se le señala.