Claves para que tu hijo tenga una boca sana
Eduardo González Zorzano, experto médico de Cinfa, nos ofrece las siguientes pautas:
1. Cuida tu propia higiene bucodental.
La mayoría de los microbios que invaden las bocas de los bebés proceden de sus propios padres. Se los transmiten cuando, por ejemplo, limpian con su propia boca el chupete o la tetina del biberón o los besan en la boca. Ni siquiera es necesario tener caries para que el contagio se produzca, por lo que es muy importante que los progenitores, además evitar hábitos como los anteriores, cuiden su higiene oral.
2. Limpia las encías y dientes de tu bebé con una gasa húmeda o toallita.
Desde su nacimiento, frota sus encías con mucha delicadeza y, conforme vayan saliendo, también sus dientecitos.
3. Evita que se duerma con el biberón en la boca.
Sobre todo, cuando este contenga líquidos azucarados, ya que se quedan adheridos a la superficie dental durante horas, dañando el esmalte y favoreciendo la aparición de caries. Tampoco impregnes su chupete con miel o azúcar ni le dejes de forma continua chupando el biberón. Cuando ya ingiera otros alimentos, además
de la leche, asegúrate de que el agua sea su bebida principal.
4. A partir de los dos años, cepíllales los dientes con suavidad.
Utiliza un cepillo de cabezal pequeño y cerdas suaves. Hazlo con delicadeza, al menos dos veces al día, usando el equivalente a una lenteja de pasta dentífrica, para evitar que se la trague. También es recomendable que el dentífrico contenga flúor, pero sin superar los 500 ppm.
5. Cuando sean capaces, enséñales a cepillarse ellos mismos.
Incúlcales la necesidad de hacerlo después de cada comida, pero, sobre todo, al levantarse y antes de irse a dormir, durante al menos dos minutos. Supervísales hasta que estés seguro de que lo hacen bien y de que no se tragan la pasta de dientes.
6. Cámbiales el cepillo cada tres meses.
O cuando las cerdas comiencen a verse gastadas. Asegúrate también de que cuentan con un cepillo de dientes y un dentífrico con flúor adecuados a su edad.
7. Modera su consumo de dulces y bebidas azucaradas.
Reducirás sus posibilidades de padecer caries o sarro si evitas
que tomen dulces, bebidas azucaradas e hidratos de carbono refinados, y más entre horas. Si no puedes evitar que los coman, conciénciales de la necesidad de cepillarse los dientes luego.
8. Evita que coman antes de acostarse.
Es recomendable que no tomen ningún alimento justo antes de ir a dormir o tras haberse lavado los dientes. Intenta que se habitúen a comer únicamente las comidas principales y a no picar entre ellas.
9. Llévalos al dentista al menos una vez al año.
Dado que ni siquiera un cepillado profundo consigue eliminar por completo la placa dental, el odontólogo debe revisar la salud de su boca al menos una vez al año. Además, puede controlar el desarrollo bucal normal del niño y adelantarse a cualquier alteración que pueda producirse.
10. Predica con el ejemplo.
Los padres son el modelo de conducta de sus hijos, por lo que, si quieres que ellos tengan una correcta higiene bucodental, debes empezar por incorporar a tu rutina las medidas anteriores, lo que ayudará a que ellos las interioricen.