Adiós a las multas
El técnico extremeño sigue acumulando méritos en su gestión de grupo; al empezar la temporada decidió eliminar los ‘castigos’ en el código interno
Ernesto Valverde es un entrenador queha sabido ganarse el cariño y el respeto de su plantilla gracias a su habilidad a la hora de gestionar el grupo. Todas las decisiones que ha tomado el técnico del FC Barcelona hasta ahora han sido con el único objetivo de beneficiar a sus jugadores.
Ya no hablamos de cuestiones deportivas –el último ejemplo se escenificó el pasado miércoles con su excelente gestión en la suplencia de Leo Messi ante la Juventus en la Champions– sino de cuestiones de rutina diaria de trabajo. Valverde no solo ha desterrado definitivamente las convocatorias el mismo día de partido que tan partidario era el anterior entrenador, Luis Enrique, sino también ha reducido notablemente la presencia de personas en las sesiones a puerta cerrada. Pero donde el técnico extremeño ha dado el golpe definitivo a la hora de valorar a sus hombres ha sido eliminando las multas del código interno ¿Por qué? Pues el motivo es que Valverde considera a sus jugadores suficientemente profesionales y responsables para no necesitar un ‘policía’ que les controle la hora que llegan a la Ciutat Esportiva. Seguramente a jugadores como Gerard Piqué esta decisión les habrá sabido a gloria, ya que solían acumular multas de hasta 6.000 euros por temporada. Hay que recordar que Josep Guardiola fue quien devolvió las sanciones en el vestuario. Las cantidades a pagar eran 200 euros por llegar tarde a un entrenamiento y 400 euros por llegar tarde a un partido. Evidentemente estamos hablando del tipo de sanción disciplinaria más leve, ya que las graves o muy graves –no presentarse a un entrenamiento sin tener permiso– acarreaban una suspensión de trabajo y una elevada multa económica. Con Luis Enrique el sistema de multas se llevó con un control absoluto, hasta el punto de que un minuto tarde acarreaba directamente la sanción. La llegada del Txingurri ha sido un alivio para algunos.
El argumento es que los jugadores son responsables y profesionales para saber lo que tienen que hacer