a Junta El Barça falta el respeto a su propia asamblea
▄ El Barça es el único club del mundo que puede conseguir que el mero rediseño de un escudo se transforme en una crisis institucional. La siempre plácida asamblea de compromisarios se rebeló contra la medida y mostró su profunda disconformidad a través de las múltiples intervenciones de los socios.
Viendo que por primera vez en muchos años la junta iba a perder una votación importante, Bartomeu decidió retirar la votación del orden del día, de manera unilateral y sin ni siquiera consultarlo a la propia asamblea, en una medida sin precedentes y que provocó algunos silbidos y gritos de “queremos votar”. Irritados por la decisión del presidente, los socios tumbaron la continuación la reforma de los artículos económicos, algo que supuso la segunda bofetada de la tarde. El sentimiento de decepción de los socios compromisarios lo resumió la intervención de un socio: “El miedo a perder una votación no puede estar por encima de la democracia”.
Las reglas del juego no pueden ser otras que éstas: cuando se vota, siempre hay el riesgo de perder y hay que asumirlo. El resultado es que el Barça le ha faltado el respeto a su propia asamblea. Con la decisión de no votar, ha abierto un frente muy peligroso, que pone en duda sus propios mecanismos de decisión.
La clave: con la decisión de no votar, ha abierto un frente que pone en duda todo el sistema