“He aprendido a disfrutar más de la conducción que de la adrenalina”
Hace doce años, Nils tuvo un grave accidente de moto del cual resultó herido de extrema gravedad. Estuvo a punto de perder la pierna y el brazo. Ese fatídico día, iba a casa de su hermana “con prisa como siempre y cogí una carretera convencional en lugar de la carretera de montaña para ir más deprisa y en una curva me encontré con un coche circulando en contra dirección”.
Por entonces Nils estaba estudiando Bachillerato pero a raíz del accidente tuvo que abandonar el curso. Hacia deporte, salía con amigos, iba de fiesta como cualquier joven de su edad “pero toda esa vida quedó aparcada”. Hoy, Nils tiene 29 años y a pesar de las cicatrices y limitaciones físicas, ha vuelto a subir en moto pero lo hace con prudencia y seguridad.
¿Ha cambiado tu percepción del riesgo después del accidente?
Yo no tenía la sensación de asumir riesgos ni tampoco pensaba que hacía las cosas mal pero haber perdido siete años de mi vida sin poder llevar moto, hizo que cuando volví a subir en ella, sentí que en ese momento mi vida valía el doble, aunque fuera despacio y pudiera ir a más velocidad. He aprendido a disfrutar más de la conducción que de la adrenalina.
¿Ha cambiado tu manera de conducir?
Sin duda sí. Antes no me planteaba si había un stop, un semáforo, una línea continua. Ahora respeto las normas. Siempre procuro estar atento y poder avanzarme a los movimientos de los otros. Observándolos me parece que puedo deducir la maniobra que harán y así evito riesgos.
Como motorista, ¿qué les dirías a los otros motoristas?
Evitar las prisas, que son malas consejeras. Evitar tomar decisiones erróneas y respetarse y quererse a uno mismo mucho más. A menudo me encuentro
En la moto cualquier caída tiene consecuencias gravísimas
Siempre pensamos que los accidentes son culpa de los otros...
...Por eso creo firmemente en la concienciación a través de la experiencia
con amigos que quieren ir más allá y entonces tienen una caída o un accidente. Yo les digo que no hace falta demostrar nada a nadie.
A menudo vemos a motoristas sin equipación correcta
Ir bien equipado es muy importante. Muchas veces, por la meteorología, por comodidad, porque vamos a la playa, no llevamos unos mínimos de protección como la chaqueta, las botas, el casco y los guantes y en la moto cualquier pequeña caída tiene consecuencias gravísimas.
¿El casco es ya una asignatura superada?
No siempre nos aseguramos de que el casco esté homologado o en buenas condiciones. Tenemos que ser conscientes de la importancia de invertir en seguridad.
¿Cómo podemos convencer a los motoristas de eso que ya saben: que son vulnerables? Siempre pensamos que los accidentes son culpa de los otros y por eso creo firmemente en la concienciación a través de la experiencia.
Es complicado porque una vez te subes a la moto la gente no recuerda el accidente que le explicaron o el que vio. Los testimonios y charlas con motoristas que han sufrido un accidente son excelentes para darte cuenta del riesgo invisible que a menudo los motoristas asumen. Cuando lo vives de cerca, cuando ves las cicatrices, las secuelas, empatizas más, te das cuenta de lo que a ti también te podría pasar. Siempre pensamos que los accidentes son culpa de los otros y por eso creo firmemente en la concienciación a través de la experiencia.
¿Cómo nos dirigimos a los motoristas para que nos escuchen?
Las sensibilización a través de campañas o anuncios impactan poco. Los mensajes que tocan las emociones y los sentimientos son más efectivos. Debemos tocar la fibra.
Durante los últimos años, el SCT ha puesto en marcha el programa Formación 3.0 dirigido a los motoristas. ¿Qué te parece la iniciativa?
Es muy interesante porque siempre es positivo que un experto te ayude a mejorar y perfeccionar tu conducción en moto. Esta formación creo que debería extenderse no solo a motoristas en carretera sino a aquellos que hacen sus desplazamientos en moto en el ámbito urbano.