Lopetegui, con las horas contadas
No tener un relevo, y una semana con dos compromisos vitales le salvan de momento, pero el técnico blanco está sentenciado
Julen Lopetegui tiene las horas contadas como entrenador Real Madrid. Los malos resultados desnudan un proyecto que nació cuestionado en el momento que Florentino
Pérez vendió a Cristiano Ronaldo y no fichó un relevo. La crisis se ha colado por una sequía goleadora que ha provocado una sucesión de resultados adversos. La cúpula madridista ya no confía en su entrenador, está ‘muerto’, pero cree apresurado cesarlo en una semana en la que juegan la Champions ante el Pilsen y el domingo clásico en el Camp Nou. El segundo motivo que retrasa la decisión es por no tener cerrado un relevo que traiga aire fresco a un ambiente cargado. Consideran que el sucesor tendría que afrontar una semana demasiado comprometida nada más aterrizar, con ese clásico al fondo que podría dejarlo marcado antes de empezar. Y, el último, porque dejaría sin protección al presidente como responsable directo de un proyecto que achica agua en la primera tormenta. Una plantilla que ha ido perdiendo potencial en los dos últimos años, con la salida de jugadores contrastados como James Rodríguez, Pepe, Morata, Danilo, Kovacic Cristiano Ronaldo. SENTENCIADO Florentino Pérez quiso destituir al técnico vasco tras perder en Vitoria, pero aguantó aconsejado por su entorno. El presidente madridista está superado por la situación y tiene clara su decisión, Lopetegui no seguirá y su salida es cuestión de días o a lo sumo semanas. Sabe que ha perdido 15 jornadas preciosos para haber contratado a un sustituto aprovechando el parón de selecciones.
Lopetegui tendrá ahora otra semana de prórroga salvo un nuevo tropieza mañana ante el Plzen o el domingo ante el Barcelona. En ese caso, será fulminado sin reservas. La decisión está tomada, sólo queda poner fecha. No hay que descartar que Lopetegui pueda agarrarse al puesto hasta el próximo parón de selecciones de dentro de 20 días. Sólo una reacción brillante, ganando los próximos seis partidos, incluido el clásico del domingo, podría conceder alguna oportunidad de continuidad, pero no evitaría el despido en cuanto el equipo volviese a mostrar síntomas de debilidad.
LA AFICIÓN, INDIGNADA La decisión está tomada porque la afición del Bernabéu empuja y ya se vuelve hacia el palco, al que culpa de la situación. Corre como la pólvora esa demanda madridista de menos obras faraónicas para reformar el Bernabéu y más inversión en el equipo, exact--
1 El técnico vasco está ‘muerto’, su salida es cuestión de días... o como mucho semanas
2 Tiene una prórroga de una semana ante el Pilsen y el clásico, pero será fulminado si pierde
3 Florentino Pérez quiso
echarlo tras caer en
Vitoria pero aguantó y ha perdido 15 días preciosos
amente lo contrario de la política que está haciendo Florentino Pérez. Crece el convencimiento que quiere dejar su legado con un estadio para el recuerdo, sin reparar que el único recuerdo lo dejan los títulos. Y en eso, este Real Madrid se hunde con cuatro derrotas y un empate en los últimos cinco partidos, con un gol a favor y siete en contra. Cifras que describen la crisis de un equipo al que el entrenador es incapaz de hacer reaccionar. Una situación que combina la mala suerte, los bandazos tácticos, las elecciones cuestionables y el decepcionante rendimiento de algunos jugadores llamados a liderar el equipo, empezando por Ramos y terminando por Asensio, la gran apuesta de Lopetegui. BENÍTEZ, POR MUCHO MENOS Florentino Pérez destituyó a Rafa Benítez con 25 partidos y tres derrotas, mientras que Lopetegui suma cinco en 12 encuentros. Un equipo que ha entrado en la dinámica liguera del año pasado, que acabó a 17 puntos del Barcelona campeón. Una Liga que era el objetivo prioritario, pero ya se ha dejado su credibilidad en solo nueve partidos, perdiendo tres y empatando dos. Se ha dejado 13 puntos de 27 posibles y 19 de los 37 disputados en los 12 jugados. Sus estadísticas goleadoras son impropias de un equipo como el madridistas, con 18 a favor y 14 en contra. Más decepción no cabe. Una situación que los madridistas de última generación no habían visto ni imaginado.