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EL BARÇA, A LA FINAL

El de Matadepera acabó siendo decisivo, aunque nada habría sido igual sin el partidazo de Ter Stegen, que fue clave en la clasificac­ión

- IVAN SAN ANTONIO VALENTÍ ENRICH

El Barça tuvo que esperar a la tanda de penaltis para meterse en la gran final de la Supercopa y ya espera rival

Primero fue Ter Stegen, un gigante durante todo el partido que aún creció algunos centrímetr­os en la tanda de penaltis. Luego fue Riqui Puig, que decidió con el quinto penalti. Pero fue un triunfo de todo el equipo, competitiv­o hasta decir basta y justo finalista de la Supercopa de España el próximo domingo. El Barça y la Real Sociedad se enfrentaro­n al frío del Nuevo Arcángel, sin público y en el termómetro, con ganas e intensidad, luchando por cada balón como si fuera el último. De eso trata el fútbol y los blaugrana, que echaron de menos el genio de Messi desde el inicio, agarraron pico y pala y se pusieron a currar. Costaba la vida ganar metros Isak y Dembélé fueron los más peligrosos en los primeros instantes. Hasta que Griezmann y Pedri empezaron a combinar con De Jong, que estaba en todas partes. Mikel Merino y Guevara se hartaban de morder. Lo del centro del campo en el primer tiempo fue una lucha sin cuartel, a cara descubiert­a y sin mascarilla. Cada milímetro contaba y el Barça se dejaba el hígado en cada carrera. Solo así podía plantarse cara a una Real que hacía lo mismo.

Braithwait­e, todo humildad, peleó un balón que puso en profundida­d a Griezmann. El galo, entrando por la izquierda, centró templado para que De Jong marcara de cabeza. Picar piedra nunca había sido tan placentero. El Barça dio el primer golpe. Dejamos el resto para la segunda.

El segundo tiempo amaneció con una manos de De Jong, que cortó involuntar­iamente un centro con el brazo, pegado al cuerpo, eso si. Penaltito. Tardó Munuera Montero en señalarlo, pero acabó haciéndolo. Oyarzabal no falló. Vuelta a empezar. Pasó un minuto hasta que De

Jong cayó en el otro área. Falta en ataque, como si fuera baloncesto. Que pintaba mal quedó confirmado con una falta y una amarilla a Dembélé por protestar en la frontal del área blaugrana. Isak a la barrera. Apretaba la Real. No bajaba los brazos el Barça, para nada.

De Jong comandó una contra, la cedió para Dembélé y, tras un par de recortes, disparó ajustado a la base del palo, pero fuera. El partido estaba más abierto que nunca y Sevilla quedaba tan cerca y lejos a la vez. Era imposible saber hacia dónde iba el partido, elegir bando. Porque ambos seguían masticando cada segundo sin saborear nada. No había tiempo para pensar. Cuando los de

Koeman lograban el balón durante veinte segundos, la Real colocaba dos líneas de cinco convertida­s en un bosque frío y espeso. Derribaron a De Jong en la frontal del área vasca, pero Munuera dijo “jueguen, jueguen”, antes las quejas de los blaugrana. Comenzaba a ser un festival sibilino. Pedri, que también cayó dentro del área, alzando los brazos en señal de protesta, respondió con un disparo que Remiro envió a córner. Pasaban los minutos y el partido se hacía cuesta arriba para ambos, cada vez menos vigorosos, más conservado­res. Pero con la cabeza alta porque el premio era demasiado goloso. Prórroga. Más frío, más emoción.

Arrancó el tiempo extra con un paradón a trallazo de Zaldúa. La respuesta fue un disparo defectuoso en posición inmejorabl­e de Dembélé que paró Remiro sin esfuerzos. Arrancó lal segunda mitad del tiempo extra más valiente el Barça.

Griezmann lo probó de falta y luego de volea. Replicó la Real forzando el córner en la jugada siguiente. Aún quedaban fuerzas, aunque pareciera imposible. Januzaj volvió a forzar otro ante Araujo. Cada jugada se gritaba. Hasta la madera gritó cuando Januzaj estrelló allí el balón a tres del final. Qué gran semifinal a la que solo le faltaban los penaltis. Fallaron Bautista, Oyarzabal y Willian José y marcaron Merino y Januzaj en la Real. Fallaron De Jong y Griezmann y marcaron Dembélé, Pjanic y Riqui Puig, un gigante junto al MVP, Ter Stegen.

Los blaugranas pelearon y compitiero­n sin Messi ante una Real Sociedad irreductib­le

De Jong avanzó al equipo de Koeman, pero Oyarzabal igualó de penalti tras el descanso

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 ?? V. ENRICH ?? El Barça jugará el próximo domingo la final de la Supercopa gracias al penalti transforma­do por Riqui en la tanda: puede ser el primer título de la `era Koeman'
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V. ENRICH El Barça jugará el próximo domingo la final de la Supercopa gracias al penalti transforma­do por Riqui en la tanda: puede ser el primer título de la `era Koeman' //
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