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Tejada: humildad, trabajo y gloria

Con el deceso de Justo Tejada Martínez el pasado domingo, a los 88 años, se fue un gran futbolista y una persona querida y respetada por su sencillez y humanidad

- DAVID SALINAS @flytoapia

Tejada se hizo a sí mismo con esfuerzo, trabajo y determinac­ión. Dio lo mejor que tenía al FC Barcelona y también mostró su clase en la selección española, el Real Madrid y el Espanyol. Nacido en Barcelona el 6 de enero de 1933, fue el séptimo y último hijo de un matrimonio originario de Robledillo de Trujillo (Cáceres) emigrado a la Ciudad Condal en busca de futuro. Aprendió a jugar en la calle con pelotas que se hacía él mismo liando trapos y papeles. Pronto se fijaron en él y lo recomendar­on al CE Europa, que le brindó la posibilida­d de jugar con calzado, ropa deportiva y balones reglamenta­rios. Un gran logro para Justo, que compaginab­a las clases en el Instituto Menéndez Pelayo y el trabajo, uno de ellos en el cine Adriano, en la calle Herzegovin­o. Y ayudaba a la familia, especialme­nte a sus hermanos, uno pintor decorador y otro librero. Otro de ellos, Juan, se dedicó al boxeo y sus puños fueron altamente cotizados en Estados Unidos.

En el club escapulado le echó el ojo Josep Boter, cazatalent­os azulgrana. Dicen que tuvo suficiente con verlo en acción una sola vez. Tenía 16 años y se lo llevó al Amateur del Barça, dirigido por Ramon Llorens. Fue campeón de Catalunya (aficionado­s) las temporadas 1950-51 y 1951-52 y de España, en la misma categoría, el curso 1951-52. También se proclamó campeón en el entonces prestigios­o torneo internacio­nal de fútbol de San Remo, en 1952.

IDA Y VUELTA Con 19 años era un extremo derecho muy rápido y goleador, además de tener una gran visión del juego, capacidad asociativa y potente disparo. En su familia había necesidade­s económicas y el Murcia, siendo todavía amateur, en agosto de 1952 le triplicó la cantidad que percibía en el Barça. También fue tentado su compañero Josep Duró. El padre de Justo no lo dudó y aceptó la oferta. Sin embargo, el Barça interpretó la operación como una deslealtad y amenazó a la Federación con suprimir todas sus categorías inferiores. Fue el origen del después llamado derecho de retención. Tejada, debido a las presiones, regresó a la disciplina azulgrana sin debutar oficialmen­te, aunque sí jugó por lo menos un amistoso con el equipo pimentoner­o ese mes de agosto, en Águilas, en el que se lesionó.

Otra vez en Barcelona, Tejada reanudó la temporada 1952-53 en el filial, La SD España Industrial, después de firmar su primer contrato con el Barça. El joven equipo ascendió a Primera División, aunque el Barça renunció a inscribirl­o en la máxima categoría. Como premio por la gran campaña los `industrial­es' recibieron 5.000 pesetas y una pitillera de plata. En el siguiente ejercicio, y viendo la progresión del jugador, el Barça le hizo contrato del primer equipo, que firmó el 7 de octubre de 1953. Pudo debutar cuatro días después, en Vigo, pero pese a viajar, no se alineó.

Daucik, sin embargo, sí contó con él para el siguiente duelo, en Les Corts ante el Valencia (2-0) por una lesión de Moreno en Balaídos. Cuajó un gran partido, jugó con aplomo, como si siempre lo hubiera hecho al lado de cracks como Kubala, César, Manchón o Gonzalvo III e intervino en la jugada del segundo tanto, obra de Kubala.

A partir de aquí fue consolidán­dose en el equipo hasta convertirs­e en imprescind­ible. Ganó dos Ligas (1958-59 y 1959-60) y una Copa (1959) con Helenio Herrera, una Copa con Domènec Balmanya (1957) y dos Copas de Ferias (1958 –con H.H.– y 1960 –con Enric Rabasa–). Fue el autor del segundo gol en el Camp Nou, en el partido inaugural del 24 de septiembre de 1957 y suya fue la asistencia a Eulogio Martínez para el primero. Su debut goleador lo firmó el 1 de noviembre de 1953, contra Osasuna (1-0) en Les Corts. Anotó 91 goles en 194 partidos oficiales y siempre recordaba que había jugado con los cuatro húngaros de oro: Kubala, Czibor, Kocsis y Puskas.

EL ADIÓS El Barça, después de la desgraciad­a final de la Copa de Europa en Berna (1961) ya no contó con él y, junto a Czibor, Kocsis, Villaverde y otros jugadores fue invitado a irse. Fue declarado transferib­le con la condición de que no fichara por ningún equipo que no estuviera a un mínimo de 100 km de distancia (no lo querían ver en el Espanyol, como a Czibor) y se fue al Real Madrid (1962-64) avalado por Di Stéfano, con quien había hecho amistad en la selección. Para conseguir la libertad y ser dueño de su futuro abonó 500.000 pesetas al Barça. Su debut de blanco en la Copa de Europa fue inolvidabl­e: 0-2 ante el Vasas de Budapest firmando un doblete en 26 minutos. Colgó las botas en el Espanyol (1963-65), donde volvió a coincidir con Kubala y Di Stéfano. Previsor, invirtió junto a su cuñado en un negocio de restauraci­ón –Casa Tejada– en el que, como no podía ser de otra manera, arrimó el hombro desde la barra, sirviendo tapas de jamón o escanciand­o selectos vinos. Todavía era jugador del Espanyol y, además, se sacó el carnet de entrenador para tener otra salida hacia el mercado laboral. El bar funcionó muy bien y estuvo 37 años al frente del mismo, hasta su jubilación. Socio de la Agrupació de Jugadors del FC Barcelona, Tejada siempre fue militante azulgrana y respetó en grado máximo al Real Madrid y al Espanyol, clubs a los que llegó por los lazos que le unían a Di Stéfano y Kubala.

Extremo derecho, brilló en el Barça por sus goles y asistencia­s entre 1953 y 1961

 ?? ARCHIVO FAMILIA TEJADA ?? Tejada, con la camiseta azulgrana en el Camp Nou. Justo enarboló la bandera de la modestia pese a ser un fuera de serie. Solo así se explica que brillara junto a una constelaci­ón de estrellas. DEP //
ARCHIVO FAMILIA TEJADA Tejada, con la camiseta azulgrana en el Camp Nou. Justo enarboló la bandera de la modestia pese a ser un fuera de serie. Solo así se explica que brillara junto a una constelaci­ón de estrellas. DEP //
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