Elige la perspectiva
Hace un par de meses me lesioné entrenando en mi garaje, estaba colocando el material en su sitio y me tropecé. Caí encima del las puas que regulan la inclinación del banco, se me enganchó el pie a la altura del tobillo y se me abrió como una lata de conservas casi 360 grados. De camino a urgencias estaba convencida que iba a perder el pie. Tuve muchísima suerte, porque a pesar de lo espectacular del accidente, no tocó ni safena, ni tendones…un milagro casi! Y hoy, tres meses más tarde estoy casi recuperada al 100%! Os cuento esto porque al compartir con amigos y familiares la suerte que había tenido, la mayoría se quedaban asombrados con mi enfoque. “¿Cómo que suerte? Dirás mala suerte!” Yo entonces intentaba explicarles que no, que había tenido una suerte de co ***** s porque lo más normal ante un accidente así es quedarte sin pie, o desangrarte en tu garaje si te pilla la safena. Pero no había manera de convencerles. Esta pequeña anécdota me hizo reflexionar bastante, podría desde luego victimizarme, quejarme porque durante los siguientes dos meses no he podido entrenar, me he duchado con una bolsa en el pie y el dolor ha sido insoportable….sentirnos desgraciados tiene un je ne sait quoi que engancha, eso de ser víctima y vivir injusticias y tener mala suerte nos permite obtener casito y es muy tentador elegir ese enfoque, porque el casito libera dopamina, la hormona del deseo, que nos impulsa seguir repitiendo ese comportamiento. Pero a largo plazo victimizarte es una cárcel. A lo largo de la vida pasarán cosas chungas, algunas podrías haberlas evitado (de estas mola aprender para que no sucedan más), pero muchas otras estarán fuera de nuestro control, o simplemente son parte de los riesgos que comporta llevar la vida que nos gusta. Lo único que está realmente en nuestras manos es cómo nos lo tomamos. Un saludo y nos vemos en las mesas!