Haaland destroza al Sevilla
Con un doblete y una asistencia, el ariete noruego destrozó a la zaga nervionense en una primera parte letal a pesar de que Suso golpeó primero. En la reanudación Lopetegui reaccionó y Óscar y De Jong cocinaron el gol que les deja vivos
En el duelo del orden táctico contra el frenesí ofensivo se impuso lo segundo. O lo que es lo mismo, el Dortmund noqueó al Sevilla y se acerca a los cuartos de final. La asfixiante presión alta que imprimió el cuadro de Edin Terzic incomodó al Sevilla en la primera mitad y con Haaland arriba las probabilidades de salir victorioso son muchas. Dos goles y una asistencia para el noruego. De la noche de Mbappé se pasó ayer a la de Haaland. La entrada de Óscar en la segunda parte generó el gol de De Jong que da esperanzas a los de Nervión.
Pero para esperanzas las que dio Suso. Amago con la zurda, disparo con la diestra que tocó en Hummels y 1-0. El irregular Dortmund pudo morir ahí... y nada más lejos de la realidad. Apareció Haaland para enmendarlo. El noruego empezó en una jugada en la que atrajo a gran parte de la zaga, de la que se zafó sin problema y cedió a Dahoud, que teledirigió su remate donde Bono no llegó. El gol hacía justicia, aunque no se esperaba el Sevilla la que le iba a caer. Pecó de dejar espacios a Haaland en la siguiente llegada y no perdonó. Arrancó como un búfalo desbocado, nadie le paró y tiró una pared con Sancho que le valió para hacer el segundo.
No estaba bien el equipo de Lopetegui, que se volvió a disparar en el pie. Una pérdida en la zona de creación entre Rakitic y el Papu la castigó Reus, que contemporizó a la perfección antes de ceder a un
Haaland que no falla de cara a puerta. Bono solo le sacó una en la primera parte, y gracias. Medio metro le basta para disparar. Hummels, en un córner, aún pudo hacer más grande la herida.
Lopetegui juraba en arameo en la banda. No le gustaba nada lo que veía y su intervencionismo no se hizo esperar. Metió a Gudelj por Rakitic en la reanudación para pasar a un 3-4-2-1 y ante la ausencia de un efecto deseado, a la hora de juego realizó un triple cambio. El decorado fue distinto. Al menos se pudo controlar la sangría en defensa y pasó a dominar el partido, a pesar de que no podía hincar el diente al Dortmund. Hasta que llegó Óscar. El ex del Leganés fue la última bala que quemó Lopetegui y en la primera que tocó ya besó el palo. Un tiro libre marca de la casa. Su personalidad le hizo adjudicarse todos los balones parados ahí nació el gol de la esperanza. La puso con mimo en el segundo palo y De Jong, otro de los revulsivos, pudo acortar distancias.
Un zurdazo de Sancho y un posible penalti sobre De Jong animó el tramo final. No pasó nada, pero el Sevilla llegará con vida a Renania.
El Dortmund no se amilanó por el gol inicial de Suso y de su asfixiante presión nacieron los tres tantos
Lopetegui cambió todo lo que pudo en la reanudación y cortó la sangría atrás para acabar dominando