La Juve se complica la vida
Un gol de Chiesa en el último suspiro maquilló la pobre actuación del conjunto `bianconero', que concedió un tanto al inicio de cada parte y siempre fue muy previsible. Con todo, los pupilos de Andrea Pirlo siguen siendo favoritos
Por muy frustrado que acabara Cristiano, en una de esas noches en las que nada sale bien y todo son aspavientos, la Juventus puede dar gracias de regresar a Turín con una mínima desventaja que la mantiene como favorita para acceder a cuartos. El tardío gol de Chiesa maquilló la pobre puesta en escena de una `Vecchia Signora' sin ideas en la medular y frágil en defensa. Pudo ser peor ante un Oporto muy sólido. Obsesionada con una competición que no gana desde 1996, concedió un gol al inicio de cada parte que pudo haberla dejado al borde de la eliminación.
Los piamonteses estaban avisados. Pirlo comparó en la previa a su rival con el Atleti de Simeone. Sólido en defensa y muy peligroso al contraataque, ante el que deberían atacar con paciencia para minimizar pérdidas. Un perfil que se le suele atragantar a la Juve. Más aún sin la fluidez de Arthur en la elaboración, la clarividencia de Dybala entre líneas y el desequilibrio de Cuadrado en la banda derecha.
SIN RESPUESTA Quizás atormentada por los recientes fracasos europeos, la Juve entró nerviosa al partido y pronto tuvo que remar a contracorriente por un error garrafal de Bentancur. Su cesión hacia Szczseny, sin mirar, quedó muy corta y Taremi se adelantó en el área chica para abrir la lata. El tanto envalentonó al Oporto, cuya elevada presión obstruyó a una Juve obcecada en salir en corto. Los errores eran constantes y cuando se asentaba en campo rival, el cuadro `bianconero' se mostraba lento y previsible. Compactos, los `dragones' cerraron espacios sin ceder terreno. Lejos del cuero, Cristiano retrasó su posición al filo del receso para buscar eslalons que fueron abortados por la zaga lusa. Por si le faltaron disgustos, Pirlo perdió a Chiellini por lesión. Pero aun quedaba más. La segunda parte arrancó como la primera. Como poseído por Garrincha, Manafa se fue de todo aquel que se cruzó en su camino y asistió en boca de gol a Marega. Urgía reaccionar y Pirlo echó mano de Morata, pero la imagen `bianconera' siguió igual de gris. De hecho, generó más sensación de peligro el Oporto al contraataque. Pero en el último suspiro y en una acción aislada, Chiesa marcó en un derechazo. La `Vecchia Signora', que se despidió protestando un penalti, se aferra a la vida.
Taremi robó un pase temerario para abrir la lata y Marega marcó el segundo tras un eslalon de Manafa
Mala noche para Cristiano: le llegó poco el balón, hizo la guerra por su cuenta y protestó un posible penalti