Un baño que lo cambió todo
A veces la vida te da segundas oportunidades y Stefanos Tsitsipas está aprovechando la suya a tope haciendo lo que más la gusta: jugar al tenis
Stefanos Tsitsipas forma parte de esta Next Gen que hace tiempo que llama a la puerta de los grandes, pero los tres monstruos que tienen delante -Djokovic, Nadal y Federer- se la cierran en los morros cada dos por tres. Poco a poco los jóvenes van dando pasos para certificar que son los siguientes en mandar en el tenis y el griego disfrutó ayer de un duelo en el que demostró que se apunta a los aspirantes a número uno definitivamente. `Stef', de tan solo 22 años, ya es el número seis del ranking ATP pese a que tan solo ha ganado un torneo importante, las ATP Finals de 2019, el resto tan solo cuatro torneos 250. Estocolmo en 2018, Estoril y Marsella en 2019 y Marsella
Casi se ahoga en el mar de Creta cuando tenía 17 años. Su padre le salvó la vida y su mentalidad cambió
el año pasado. Tampoco ha pasado de semifinales en un Grand Slam (Australia 2019 y 2021 y Roland Garros 2020) y ha alcanzado la final en dos Masters 1000 (Madrid y Canadá)
Pero en su vida hubo un punto de inflexión que cambió por completo su mentalidad. En 2015, con 17 años, estaba jugando un Futures en Creta y aprovechó un día libre para ir a bañarse. “Había tormenta y viento y no había ninguna bandera que impidiera hacerlo.
Saltamos y, cuando salimos a la superficie, estábamos quince metros atrás de la playa. No podía respirar porque había muchas olas y fue una experiencia muy dramática”, explicó en su día. Su padre le rescató y le salvó la vida. De entonces asegura que su vida cambió y la afronta de otra manera. Seguro que le hizo fuerte mentalmente y esta fortaleza fue la que necesitó para remontar dos sets en contra ante uno de sus ídolos de pequeño. Tsitsipas se hizo mayor.