METEN LA PATA
Un penalti infantil de Lenglet, que pateó a Rubén Sobrino intentando despejar, le regaló un punto a un cuadro gaditano que no propuso nada
El Barça cosechó ante el Cádiz un empate imperdonable y no aprovechó el regalo del Atlético
Encerrarse en apenas 20 metros de campo, sobre la misma línea de tu propia área. Y esperar. Aguantar, mantener el bloque unido y sin fisuras y que pase el tiempo. Cuántas veces habremos visto estos planteamientos en el Camp Nou los últimos tiempos. Ayer le funcionó al Cádiz. El objetivo era claro: mantener opciones de rascar algún punto hasta los últimos 5-10 minutos y ahí jugar con la ansiedad del Barça. Renunciar a proponer nada descaradamente. Después de un cálido y merecido homenaje a Martí
Vergés, jugador del Barça en la década de los 50 y 60 fallecido esta semana, arrancaba en el Camp Nou un duelo que comenzaba tan frío y desapacible como el día en Barcelona.
INICIO FRÍO Los 15 primeros minutos fueron poco más que soporíferos, con un equipo azulgrana al que le costaba entrar en calor y se daba de bruces una vez tras otra contra la muralla gaditana. Al son de los gritos y aullidos de Fali, que retronaban en las paredes del Camp Nou con ferocidad, el equipo amarillo estaba cómodo. Pero poco a poco los de
Koeman iban dejando síntomas de mejoría. Acercándonos al 20' Fali aparecía providencial para obstruir a Messi cuando este se quedaba solo ante Ledesma. Era el primer aviso serio. A partir de ese momento se quitaban de encima los azulgranas la `caraja' propia del horario (continúa siendo extrañísimo jugar en estas franjas) y empezaban a subir el nivel. En el costado diestro, Dembélé y Dest eran de los más incisivos. En el 21', gran triangulación entre Messi y Pedri en un contraataque vertiginoso que acababa en los pies de
Griezmann. El galo mandaba el remate a las nubes. En el 28' le tocaba lucirse a Ledesma. El ex de Rosario Central (rival acérrimo de Newell's, equipo del que salió Messi) realizaba una gran intervención a tiro lejano de su compatriota. Dos minutos después, una de las jugadas clave. Pedri, con una astucia impropia de su edad, se anticipaba a Iza y
Salvi, que, en una especie de sándwich, cometían penalti sobre el de Tegueste. Messi convertía el 0-1 (primer gol que le marca al Cádiz y ya son 38 clubes a los que ha anotado). De ahí hasta el descanso, una ocasión clarísima para los de Cervera
(la única) en un centro preciso de
Salvi que Sobrino mandaba fuera por centímetros y un tanto anulado a Pedri por fuera de juego.
LENGLET, NEGADO La segunda parte se iniciaba tan fría como la primera. Minutos de poca intensidad y en los que el `enlatamiento' del Cádiz contagiaba a un Barça algo apático. Intentaba Cervera revolucionar un poco el ataque (sin arriesgar demasiado, eso sí) con un triple cambio. Álex, el exazulgrana `Choco' Lozano
y Jose Mari, dentro. Antes del 60' tenía una para sentenciar el equipo de Koeman. Pase interior filtrado de alta escuela de Busquets y Messi que cedía para un Griezmann que no acertaba a batir a Ledesma, valiente. Poco después una jugada marca de la casa de Dembélé, con eslalon y rotura de cintura incluidos, acababa con un disparo blocado por la defensa gaditana. Koeman movía también banquillo y daba entrada a
Pjanic y Braithwaite. Continuaba ingeniándoselas el cuadro azulgrana para encontrar fisuras en un bloque defensivo andaluz que seguía compacto y sin ninguna intención de deshacerse para buscar el empate con más ahínco. El tramo final recordó un poco a los partidos de hace un par de meses en los que por no cerrar cuando se debía (20 remates ya en el 80') iba a tocar sufrir. Un remate sutil de Riqui lamía el palo izquierdo de Ledesma a cinco del final. Y en el 87', la jugada desgraciada.
Lenglet cometía un penalti absurdo al querer rechazar un balón y ganarle Sobrino la posición. El Barça recibía un palo gordísimo. Álex hacía el 1-1. El Cádiz se topaba con un botín caído del cielo y no lo iba a dejar escapar. Paso atrás gravísimo por la Liga...
El pinchazo del Atlético daba una oportunidad de oro para meterse en la pugna, pero se volvió a fallar
Tras 20 remates y ocasiones suficientes para no sufrir, al equipo le faltó ‘punch’ arriba