Koeman se saltó su ritual por el cabreo
Koeman tiene un ritual desde que se sienta en el banquillo del Camp Nou: tras los partidos, saluda uno a uno a sus jugadores. Ante el Cádiz no lo hizo
Apesar de no ser ni mucho menos una exhibición por parte del FC Barcelona, el equipo azulgrana hizo méritos de sobras el pasado domingo para llevarse los tres puntos ante el Cádiz y meterse en la pomada de la Liga. Más de 20 tiros, ocasiones de aquellas de tirarse de los pelos y, enfrente, un equipo que salió descaradamente a encerrarse en su área a achicar balones y a estar bien conjuntado y al que la apuesta, sobre la bocina, le salió a la perfección.
Pero precisamente lo que hay que achacarle al Barça, además de una falta de verticalidad y frescura en los metros finales, fue la incapacidad de cerrar el encuentro. Que tan solo se pudiera batir a Ledesma desde el punto de penalti es un balance tan pobre como fiel espejo de lo que están siendo demasiados encuentros este curso. Renta mínima en el marcador y con el paso de los minutos y las oportunidades marradas, el equipo blaugrana acaba entrando en una (lógica) espiral de ansiedad en los últimos minutos y acaban ocurriendo situaciones como el penalti que cometió el central francés Clément Lenglet, que permitió que el Cádiz
empatara el partido.
LA ENÉSIMA DECEPCIÓN Y eso a Ronald Koeman, técnico blaugrana, es algo que viene dejándole muy decepcionado y enfurruñado a lo largo del curso. Varias veces ha hecho referencia a la necesidad de ser más contundentes arriba y de finiquitar antes los partidos para evitar sufrir en el tramo final. Y el duelo ante el Cádiz fue en ese sentido la gota que colmó el vaso de la paciencia del técnico. Por primera vez desde que es entrenador del Barça, el neerlandés se fue directamente a los vestuarios tras el pitido final. No llevó a cabo su ritual habitual de saludar uno a uno a los jugadores hasta que se meten todos en el túnel de vestuarios. Tal era el cabreo de Ronald.
Ya en rueda de prensa, Koeman
comentó que “estoy muy decepcionado, más que el martes pasado. Podíamos haber recortado distancias y no lo hemos hecho, pese a no sufrir casi nada durante todo el partido”. El exseleccionador de los Países Bajos fue más allá. “Si no matas los partidos, siempre es posible que recibas un gol en el último momento. No hemos marcado el segundo tanto y lo hemos pagado caro en una acción puntual”, añadió.
El técnico se fue por primera vez a los vestuarios tras el encuentro sin saludar a los jugadores
Dijo estar “decepcionado” y lo cierto es que por enésima vez el equipo no supo cerrar un partido