El chut de lejos
Corría el minuto 66 del partido ante el Cádiz cuando Koeman salió del banquillo para gritar y liberar tensiones. El marcador señalaba un pírrico 1 a 0 y el técnico holandés, escamado por la experiencia, se quejó de la falta de acierto ante la portería de Ledesma. No hace falta profundizar sobre lo que sucedió después.
Dicen las estadísticas que el Barça chutó 22 veces aunque se le cuentan apenas seis grandes opciones de gol. Eso es una ocasión cada 15 minutos. Que cada uno valore si es mucho o poco. Lo que sí sorprendió (por poco frecuente) ante el ultradefensivo planteamiento de Álvaro Cervera es la repetición del lanzamiento desde la larga distancia -nueve-. Anoten: Dembélé (19', 27', 55'), Messi (19', 29', 79'), Alba (16'), Pjanic (78') y Puig (85'). Eso sí, solo Messi y Riqui estuvieron a punto de marcar en dos de sus cañonazos.
Como atacar es mucho más difícil que defender el Barça debe aprovechar todas las opciones. Ante el Cádiz insistió desde lejos porque apenas trabajó la profundidad, porque no pudo superar el bosque de piernas que había en la frontal del área y porque tampoco tuvo acierto en el desborde, por fuera. Y como el equipo andaluz apenas atacó, tampoco pudo correr a la contra. De hecho, el único gol llegó tras una presión post-pérdida que provocó el penalti a Pedri.
Para crear dudas en los rivales es importante que el equipo sea capaz de combinar los finales de las jugadas, porque para entrar por dentro necesita éxito en la creación de peligro por las bandas, en chuts desde lejos o en jugadas profundas asaltando la línea de fondo. Mientras todo sea previsible el gol estará más lejos.