Sport

Koeman merece el poder de decidir

- Por GERARD LÓPEZ

Ronald Koeman llegó este verano al Barça en el peor momento, pero todos sabíamos que estaba predestina­do a coger las riendas del banquillo azulgrana por su pasado como mito del club y su experienci­a como entrenador. Ni la llegada fue cómoda, ni tampoco las decisiones a tomar. Comenzar a planificar un cambio generacion­al siempre es traumático.

Koeman se implicó desde el inicio y salidas como las de Rakitic, Arturo Vidal y sobre todo la de Luis Suárez no fueron del todo populares, pero se logró rebajar la media de edad de la plantilla y la masa salarial, que era el objetivo del club. Y lo hizo en medio de las sacudidas de un fuerte terremoto. Solo un entrenador con gran personalid­ad y las ideas claras era capaz de poner nombre y apellidos a la transición, se dejó todo en sus manos, y aparte, no se le pudo traer, ni en el mercado de verano ni en el de invierno, a jugadores de su confianza y que había pedido, como Memphis Depay o Eric Garcia.

AGUANTE Y HUMILDAD Ronald ha aguantado carros y carretas y no será porque no ha ido probando cosas. Empezó con un sistema, el 4-2-3-1, que llevó al límite, pero tuvo la humildad para claudicar con el 4-3-3 tan reconocido por los jugadores, y cuando vio que ya no le daba, sobre todo a nivel defensivo, para competir con los grandes -la derrota en Sevilla en la ida de las semifinale­s de Copa y la visita del PSG al Camp Nou como alarma- se presentó de nuevo al Sánchez Pizjuán, esta vez para la Liga, con tres centrales. Fue evoluciona­ndo el dibujo retrasando a De Jong al eje para sacar el balón y dar cabida a Griezmann como tercer delantero. Prácticame­nte nos sabemos el once de memoria, el equipo es reconocibl­e y con unas señas de identidad muy claras: superinten­so y muy equilibrad­o defensivam­ente, y que explota en ataque las virtudes de sus mejores jugadores en posiciones más naturales. Hay un antes y un después de aquel 0-2 de Sevilla, a partir de ese momento el equipo no ha hecho más que crecer y confirmar sensacione­s. Con exhibicion­es como la de Anoeta, los jugadores saben a qué juegan y su físico es óptimo cuando otros años, a estas alturas, se caía el equipo a trozos.

UN PROCESO MÁS LENTO DE LO ESPERADO Soy de los que piensa que esta plantilla es muy buena y está muy bien pagada. Hace tres meses me esperaba más, tanto de los jugadores como del entrenador. Para mí, el grupo es increíble y ha costado demasiado llegar a este momento. Sobre todo en el primer tramo de la temporada, los futbolista­s rindieron por debajo de su nivel y Koeman no fue capaz de dar con la tecla. Ya es tarde para el triplete, pero no para el doblete. La eliminació­n de la Champions

Solo un técnico con las ideas claras y personalid­ad era capaz de poner nombre y apellidos a la transición

Hay que saber aprovechar la estabilida­d que da un nuevo presidente y planificar con Ronald la próxima campaña

fue menos traumática que en años anteriores por el gran partido de París, en la Liga el Atlético siente la presión y en la final de la Copa del Rey el Barça es favorito. Es ahora cuando realmente está el equipo donde le correspond­e por el buen rendimient­o de la plantilla y por contar con un entrenador experto. Con la estabilida­d institucio­nal que proporcion­a tener un nuevo presidente, hay que saber aprovechar­lo. Ronald se ha ganado tener el poder de decisión, que se reafirme la confianza depositada en el entrenador y que se le tenga en cuenta en la planificac­ión de la próxima temporada, donde deben llegar refuerzos y aligerar algunas posiciones. Hay que empezar ya o volveremos a ir tarde. Ahora sí me creo a la plantilla, y me creo a Koeman.

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