“Recuerdo cada kilómetro corrido como si fuera hoy”
3:53:08. Ese es el tiempo que hizo en la maratón de Chicago. Pocos años antes practicaba el `sofing', ingería alimentos ultraprocesados y su cuerpo empezaba a resentirse. “Era una mujer sedentaria en el más amplio sentido de la palabra. Pero el deporte llegó a mi vida hace ocho años y se ha quedado para siempre”, afirma Paula Ordovás. Medio millón de seguidores en su cuenta de Instagram han vivido su reconversión día a día porque ella así lo ha querido. “Mi vida es real y yo, también”, asegura. Periodista, empresaria y emprendedora, esta experta en contenidos digitales no ha escondido un pasado “en el que me cuidaba poco o nada. Siempre he sido fibrosa y delgada pero un `puente' de mayo me vi mal. Por dentro y por fuera. Recuerdo que le dije a mi marido: `me falta energía, tengo mal la piel y no me encuentro bien. Mañana busco un entrenador personal y pongo remedio a esto'. Compartí el proceso con mis seguidores y, con constancia y pasión, llegué a Chicago y a Nueva York. Recuerdo cada kilómetro corrido como si fuera hoy”.
Y así fue como el deporte se convirtió “en esa fuente de energía que me hace llegar a todo”. Ese `todo' es una empresa en expansión y un libro que acaba de ver la luz “escrito en plena pandemia y en el que solo pretendo poner al alcance de todos lo que a mí me sirvió para sentirme infinitamente mejor. Esos meses compartí entrenamientos en directo en los que llegaron a conectarse treinta y seis mil personas”. Algo debe tener Paula Ordovás para que todo lo que toca -y crea- se convierta en oro. “Trabajo duro, constancia, poner ilusión en lo que haces y no tener miedo de emprender. La suerte no existe”, sentencia. Nos despedimos porque le espera su sesión de boxeo y su marido para almorzar. “Soy del Real Madrid por él -confiesa- pero nada `forofa'. Eso sí, todo lo que sea deporte tiene un sitio en mi casa y en mi vida”.